La Comisión de Economía del Congreso tiene pendiente de dictaminar un conjunto de temas relacionados con un mayor dinamismo de la actividad económica del país.
Entre ellos está la nueva Ley Agraria, necesaria para dar el giro hacia una mayor inversión en el sector, que redujo su dinamismo tras la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria, el 6 de diciembre del 2020.
El dictamen de dicho grupo de trabajo tuvo una primera aprobación del Pleno, pero le fue devuelta para que la revise, que lo haría en la presente legislatura.
Uno de los mayores cuestionamientos que se hace a la propuesta de la nueva Ley Agraria es el incentivo tributario. Se propone que pague 15% del Impuesto a la Renta (IR), la mitad del que pagan otros sectores.
Inversiones. La Ley de Promoción Agraria fue reemplazada por la Ley N° 31110, que estableció un nuevo régimen laboral agrario, que generó desconcierto entre los inversionistas del sector, muchos de los cuales prefirieron migrar a Colombia, inclusive a Uruguay, y se retrajo la inversión en el sector.
Al respecto, en su oportunidad, el ex ministro de Desarrollo Agrario y de Riego (Midagri), Juan Manuel Benites, dijo a Correo que la agricultura moderna se impulsó con la derogada Ley de Promoción Agraria e hizo crecer la exportaciones del sector.
“Hizo que las exportaciones agrarias pasaran de $300 o 400 millones a más de $10 mil millones, hubo impulso a la inversión para conquistar el desierto”, comentó.
Explicó que las inversiones fuertes se hicieron en tierras donde no había nada, “no en las tierras que se expropiaron durante la Reforma Agraria”
Explicó que hubo inversión de riesgo para instalar tecnología, infraestructura de riego tecnificado, innovación de variedades de cultivo, se ganó productividad.