La llegada de julio y de la gratificación representa para muchos trabajadores peruanos la oportunidad de darse un gusto tras meses de esfuerzo, pero también de mejorar su salud financiera si se gestiona con criterio. Según la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), en Perú se destina cerca del 30 % de los ingresos al pago de deudas, por lo que utilizar la gratificación estratégicamente puede aliviar cargas financieras y generar estabilidad.
Juan Acosta, docente de Administración y Negocios Internacionales de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), sugiere aplicar la regla 50/30/20, una fórmula sencilla para distribuir de manera consciente este ingreso adicional:
- 50 % para necesidades y deudas: cubrir servicios básicos, cuotas de préstamos, tarjetas y alimentos. Priorizar deudas con tasas altas mejora la liquidez.
- 30 % para deseos responsables: destinar este monto para experiencias, salidas o compras, pero de manera planificada.
- 20 % para ahorro o inversión: puede ser el inicio de un fondo de emergencia, un curso que potencie tu perfil profesional o una inversión pequeña.
“El objetivo no es renunciar al disfrute, sino equilibrar la satisfacción inmediata con el bienestar futuro”, señala Acosta.
Errores a evitar con tu gratificación:
- Gastarla por impulso en celebraciones o compras sin planificación.
- Dejar de lado el ahorro pensando que es un ingreso “extra”.
- Aceptar cuotas sin intereses sin evaluar la necesidad real del gasto.
- Ignorar deudas pequeñas con altas tasas de interés.
Acosta enfatiza que “la gratificación no es solo un ingreso para gastar, sino una herramienta de planificación que puede traer tranquilidad si se usa con estrategia”.
Con pequeños cambios de mentalidad y organización, la gratificación puede convertirse en un aliado para disfrutar con responsabilidad y construir un futuro financiero más estable.