Evitar enfrentar a inquilinos morosos pasa, principalmente, por revisar el historial crediticio de quienes buscan acceder a una propiedad en alquiler, señaló el gerente Comercial de Experian, Aldo Saavedra.
En ese sentido, refirió que el 89% de los limeños nunca ha revisado su historial crediticio. “Es una herramienta fundamental que no solo ayuda a medir la reputación financiera frente a la entidades del sistema, sino también permite identificar cuentas o compras productos financieros o comerciales bajo tu nombre sin tu autorización”, precisó.
Explicó que, según un Estudio de Radiografía de Seguridad Digital en Lima, uno de cada 4 limeños ha sufrido robo o hakeo de su cuenta al cierre de año 2024, lo que indica que las personas, en general, no tienen procesos robustos o hábitos de verificación de identidad que prevenga este tipo de actividades.
“Nos hace vulnerables a cualquier suplantación, transacción fraudulenta o robo de información”, precisó a Correo.
Al respecto, señaló que uno de los hechos más recurrentes del fraude digital es la suplantación.
Saavedra indicó que el estudio revela que el 44% de los limeños se siente desinformado sobre los riesgos digitales, “lo que nos indica que tenemos un desafío como empresa, como sociedad, de seguir fomentando temas de educación en materia de seguridad digital y financiera para el segmento emprendedor, principalmente”.
Cuentas. Hizo hincapié que del 44% de limeños que está desinformado sobre los riesgos digitales, el 89% nunca ha revisado su historial crediticio por lo que tampoco se puede identificar las cuentas o productos financieros o comercialesque están bajo su nombre sin tu autorización.
Comentó que cuando los emprendedores, en general, buscan fuente de financiamiento, sea bancos, financieras, cajas municipales o rurales, se dan con la sorpresa de que tienen una deuda impaga, sea por un monto mínimo que con el tiempo se convirtió en un monto importante.
Ello sucede cuando da de baja un servicio financiero puede quedar un remanente de un servicio que no se ve en el último recibo. “Queda una mínima deuda que luego se hace grande por los intereses generados”, precisó.