Desde el punto de vista del financiamiento, resulta relevante conocer qué puede hacer y aportar el accionista; buscar nuevas formas de obtener capital y no solo a través de la banca -que hoy se encuentra en una situación de estrés- también del Mercado Alternativo de Valores, entre otros, señala Ives Huaytan de Restructure.
Desde el punto de vista del financiamiento, resulta relevante conocer qué puede hacer y aportar el accionista; buscar nuevas formas de obtener capital y no solo a través de la banca -que hoy se encuentra en una situación de estrés- también del Mercado Alternativo de Valores, entre otros, señala Ives Huaytan de Restructure.

La crisis ha golpeado a miles de empresas en el Perú y ante este difícil escenario muchas han tenido que reinventarse para salvar su negocio y otras están en ese camino, intentando replantear su viabilidad a futuro, pese al todavía oscuro panorama ante la crecida ola de contagios por COVID-19.

Pero, ¿qué se debe tener en cuenta y cuáles son los pasos a seguir para gestionar una reestructuración empresarial oportuna y exitosa? Ives Huaytan, director de reestructuraciones financieras de la consultora Restructure, precisa que para ello resulta clave anticiparse a las dificultades de liquidez que pudieran presentarse y reaccionar lo antes posible y no esperar al punto de ya no poder pagarle a trabajadores, proveedores, bancos, entre otros.

El punto número uno de la agenda para empezar este proceso de replanteo y realineamiento de las principales actividades es revisar la estrategia, enfocada en sostener a la empresa en el corto plazo para poder redirigir sus actividades de largo plazo de manera sostenible, explica.

“En este momento – donde el principal problema es la caída de los ingresos- es primordial revisar lo que se ha venido haciendo, sincerar la situación y hacer una nueva proyección con una mirada a futuro de recuperación paulatina con un enfoque estratégico y financiero integral”, sostiene.

El segundo aspecto es optimizar el portafolio, precisa, concentrándose únicamente en las actividades rentables y aquellas que representan la principal fuente de ingresos. “Si, por ejemplo, hablamos de un restaurante, este tendrá que reducir su carta, enfocándose en los platos de mayor rotación, disminuyendo en consecuencia la compra de insumos”, detalla.

EFICIENCIA Y FINANCIAMIENTO

En línea con la optimización, el empresario o ejecutivo deberá enfocarse en mejorar los procesos para lograr una mayor eficiencia operativa, reduciendo gastos y desperdicios, así como mejorando costos, dice Huaytan.

“Las organizaciones tienen que adaptarse a la pandemia de alguna manera y aligerar cierta grasa. Hay puestos que son redundantes o personal que puede cambiar de función (como lo hizo San Antonio que convirtió a sus meseros en repartidores de delivery), entre otros. La mejor solución no siempre es despedir porque eso también genera un gran costo”, indica.

Además, asevera que las organizaciones deben tratar de cobrar más rápido y pagar en tiempos más espaciados

Es importante también realinear la organización, adaptarla a las nuevas líneas de negocio o a las que se mantendrán, impulsando la gestión digital con enfoque en data analytics, respecto de los clientes y sus preferencias,

Finalmente, desde el punto de vista del financiamiento, resulta relevante conocer qué puede hacer y aportar el accionista; buscar nuevas formas de obtener capital y no solo a través de la banca -que hoy se encuentra en una situación de estrés- también del Mercado Alternativo de Valores; optar por partnership, fusiones y adquisiciones que permitan ampliar la base de clientes compartiendo el riesgo con algún competidor o incorporar nuevos accionistas; así como vender alguna línea del negocio que no es indispensable sin malbaratarla. “Este no es momento de pelearse con el competidor, es tiempo para aliarse y unir esfuerzos, concluye el consultor.