Padres entre 30 y 45 años priorizan escapadas, gastronomía y conciertos frente a obsequios materiales.
Padres entre 30 y 45 años priorizan escapadas, gastronomía y conciertos frente a obsequios materiales.

El Día del Padre es un momento en el que muchas personas se enfrentan a la misma disyuntiva sobre qué regalar un año más. Según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), para el presente año 2025, se espera que las ventas del retail aumenten en 5 %, respecto al año anterior.

Sin embargo, el gremio apunta a que la categoría “experiencias” es la más destacada del año por su aumento de interés, como restaurantes, actividades al aire libre y viajes cortos.

La búsqueda de momentos de calidad, especialmente entre generaciones más jóvenes, y en segmentos medios-altos, está reconfigurando las campañas estacionales.

“Esta transformación responde a un consumidor que ya no quiere acumular, sino conectar. Regalar una experiencia es, en realidad, regalar una historia. A partir de ello, nacen diferentes plataformas que brindan este tipo de servicios como un día de aventura con deportes extremos, una tarde relajante con masajes y spa o una noche artística”, explica Daniel Varela, docente de la carrera de Administración y Marketing de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).

A través del marketing emocional y la economía de la experiencia, se consolida una nueva forma de celebrar: más personalizada, emocional y duradera. Por ello, si este Día del Padre se prefiere una experiencia sobre un regalo, Varela brinda tips para escoger la mejor opción:

Conocer el perfil del padre antes de elegir la experiencia: no todos los padres buscan lo mismo. Los más jóvenes tienden a preferir conciertos, gastronomía y actividades al aire libre; los de mediana edad optan por cenas, viajes familiares o espacios de relax; mientras que los mayores valoran momentos sencillos en familia. Elegir según sus intereses asegura que la experiencia tenga verdadero impacto emocional.

Pensar en lo emocional antes que en el precio: una experiencia no tiene que ser costosa para ser significativa. Una buena comida o parrillada hecha en casa, una visita cultural guiada o una tarde en la naturaleza pueden generar recuerdos más valiosos que un objeto costoso. El impacto está en lo compartido, no en el gasto.

Co-crear la experiencia con él: invitar al padre a personalizar parte del regalo —como dar pistas sobre el destino, gustos para el menú o la actividad— fortalece el vínculo y asegura satisfacción. Esta participación convierte al regalo en una experiencia compartida desde el inicio, lo que incrementa su valor emocional.

Usar las redes sociales como fuente de inspiración y validación: plataformas como Instagram o TikTok permiten descubrir experiencias creativas, personalizables y ajustadas a distintos presupuestos. Además, las recomendaciones y testimonios compartidos generan confianza y ayudan a validar opciones reales que ya fueron disfrutadas por otros.

Apostar por experiencias en alianza o paquete: elegir actividades que integren servicios de distintos negocios, como transporte, gastronomía o fotografía, permite ofrecer una propuesta más completa y atractiva. Contratar experiencias “en paquete” facilitan que esta sea de mayor valor percibido sin necesidad de elevar considerablemente el presupuesto.

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