Estamos a tiempo
Estamos a tiempo

Parece que finalmente el gobierno ha entendido la necesidad de emprender grandes obras, pues ellas ayudarán a dinamizar la economía en un momento en que se insiste en hablar sobre desaceleración.

En ese sentido, la modernización de la Refinería de Talara debiera ser la primera de las grandes obras que son necesarias llevar adelante. La irrigación Majes–Siguas, el Gasoducto del Sur y su polo petroquímico, la última etapa de Chavimóchic, la Línea 2 del Metro de Lima, la Longitudinal de la Sierra, son proyectos que deberían entregarse para su ejecución en los próximos meses. Lamentablemente, entre inexperiencia y falta de decisión, han hecho que todos estos planes de inversión se retrasen. En dos años y medio de gobierno, Ollanta Humala solo podrá mostrar terminada la Línea 1 del Metro, obra emblemática de Alan García.

Ha demorado este gobierno, pero ya comenzó con las grandes obras. El Perú pasa por el mejor momento de su historia, y lamentablemente nos tocó un Presidente sin experiencia y algunos ministros que no colaboraban, como pueden ser el ministro de Transportes o el de Energía y Minas, que parecían temerosos de tomar decisiones con el fin de no verse envueltos en denuncias ni acusaciones.

Pero están en el Ejecutivo para decidir. Finalmente vemos que el aparato del Estado se ha echado a andar. En lugar de discusiones bizantinas, empujadas por quienes no han logrado ser parte de este momento, se debe respaldar la decisión de comenzar con las grandes obras. Hay que retomar la senda del crecimiento. Antes de que sea demasiado tarde.