El euro operaba en su nivel más bajo de las últimas dos décadas el miércoles, las acciones caían y los rendimientos de los bonos alemanes alcanzaron su cota más alta en ocho semanas, ya que la confianza de los inversores se deterioró bajo el peso de los altos precios de la energía, una serie de malos datos económicos mundiales y temores sobre la inflación.
Las renovadas preocupaciones sobre que los bancos centrales sigan subiendo las tasas de interés de forma agresiva para controlar la inflación también inquietaban a los inversores de cara al simposio de banca central de Jackson Hole, que comienza el jueves.
EL euro caía un 0.4% a US$ 0.9925, cotizando justo por encima de su mínimo de 20 años que tocó el martes.
Los movimientos se debieron a “la combinación de que la Reserva Federal y otros bancos centrales se aferren a su mandato de inflación y, al mismo tiempo, a que los últimos indicadores económicos muestren signos de debilidad no sólo en Europa, sino también en Estados Unidos y Japón”, dijo Tai Hui, estratega jefe de mercado para Asia de JPMorgan Asset Management.
El miércoles es un día bastante tranquilo en cuanto a los datos, pero los malos informes de actividad económica del día anterior de la zona euro -que registró una contracción por segundo mes consecutivo-, Estados Unidos y Japón, siguieron perjudicando el apetito por los activos de mayor riesgo, como las acciones.
Los precios de la energía también son un factor, con los contratos de gas holandés, la referencia para Europa, recuperando las pérdidas del día anterior y cotizando cerca de su máximo de cinco meses y medio alcanzado el lunes.
El costo de la energía es uno de los principales motores de la inflación, y las expectativas de que el Banco Central Europeo intensifique sus subidas de tasas para controlarla han contribuido a que el rendimiento de la deuda pública alemana a 10 años, la referencia del bloque, alcance un nuevo máximo de ocho semanas a 1,38%.
Los mercados también están revalorizando sus expectativas de subidas de tasas de la Reserva Federal, después de que las especulaciones de que su ritmo podría desacelerarse impulsaron las acciones a principios de mes.
¿A qué se debe esta depreciación?
Ello se debe a la fuerza del dólar, sostenido por la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
Contrariamente al Banco Central europeo (BCE), la Fed empezó rápidamente a subir sus tasas de interés para luchar contra la inflación.
Esos tipos de interés elevados hacen más rentable la posesión de dólares, lo que atrae a inversores y aprecia aún más a la divisa.
Por su lado, el BCE ha subido finalmente de forma moderada sus tasas, pero se ignora cual será su política a largo plazo, y esa incertidumbre pesa contra el euro.