La economía peruana se recuperó el año pasado tras la recesión que registró en 2023 (-0.60%). Se espera que en 2024 el Producto Bruto Interno (PBI) haya crecido 3.2%, según estimados del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y del Banco Central de Reserva (BCR).
El clima fue un gran aliado para la recuperación y crecimiento de la economía el año que acaba de terminar, pues permitió tener resultados muy positivos en la pesca y el agro, contrario a 2023.
Pero, el manejo económico del Gobierno ha despertado las alarmas porque sus gastos habrían superado en 3.7% a sus ingresos, de acuerdo con el estimado del BCR, cifra que supera a su compromiso de 2.8%.
De haber cerrado con un déficit fiscal de -3.7%, sería el más alto desde 1992, cuando registró -4%
El alto nivel del gasto público hizo que el Consejo Fiscal (CF), durante la presidencia de Carlos Oliva y hoy de Alonso Segura, lance las alertas de lo que puede ocasionar en la economía en el mediano plazo porque incrementará la deuda pública al tiempo que las calificadores de riesgo colocarían en observación al Perú, lo que haría que las tasas de interés del financiamiento peruano (tanto público como privado) se incrementen.
La tendencia de un mayor gasto de parte del Gobierno hizo que el BCR ajuste su estimado de la deuda pública para el 2024, pasando de 32.9% a 33.3% del PBI.
La advertencia del Consejo Fiscal no cayó nada bien al titular del MEF, José Arista, quien en una entrevista en RPP llamó “inepto” a Alonso Segura, indicando que el déficit fiscal es una deuda, sin importar si está dentro, por encima o por debajo de la regla fiscal.
“El Consejo Fiscal, en vez de hacer críticas públicas, debería enviarnos los informes y plantear salidas, porque no basta con decir los problemas, sabemos el problema”, enfatizó también.
Déficit. El MEF se comprometió con un déficit fiscal (más gastos que ingresos) de 2.4% a inicios de 2024, pero luego lo reajustó a -2.8% en el marco de las facultades legislativas que le otorgó el Congreso al Ejecutivo.
Es decir, el compromiso del fisco o Gobierno sobre el uso de los recursos públicos se incumplió en 2024, y por segundo año consecutivo (gestión de Dina Boluarte). En 2023 el Ejecutivo prometió que el déficit sería de 2.4%, pero cerró en -2.8%.
En esa coyuntura, Correo consultó a tres exministros de Economía, quienes coincidieron que el déficit fiscal es lo que más les preocupa, considerando que es fundamental para mantener la estabilidad económica del país
Descontrol. Carlos Oliva, quien también fue presidente del Consejo Fiscal, destacó que lo bueno de 2024 fue el control de la inflación.
“Perú ha sido un buen ejemplo en controlar la inflación mundial y desde hace varios meses está dentro del rango meta (menor al tope de 3%) porque algunos precios bajaron, sobre todo alimentos básicos como el arroz, el aceite, etc.”, refirió Carlos Oliva.
Pero, la parte mala, prosiguió, es el descontrol fiscal que se está viviendo, “con un déficit sumamente alto, insostenible, y lo peor es que no tiene visos de mejorar para los próximos años”.
El exministro advirtió que no hay voluntad de reducir el gasto ni de cumplir con las reglas fiscales, lo que es perjudicial para el país.
“Más temprano que tarde vamos a ver problemas si seguimos por esa línea, el Gobierno lo minimiza, sale a hablar de éxitos que son espectaculares, cuando en realidad tenemos un serio problema por el lado fiscal”, alertó.
Oliva estimó que la recaudación tributaria en 2025 será mejor que en 2024, pero que también habrá más gastos.
“Soy de los que piensan que vamos a seguir con la farra fiscal, la presidenta no va a dejar que se acumulen esos ahorros y va a querer gastarlo todo. No tiene ningún incentivo para dejarle plata al próximo gobierno, es su último año y, entonces, yo creo que la farra fiscal va a seguir en esta línea”, manifestó.
INCUMPLIMIENTO. En tanto, Luis Miguel Castilla también destacó el control de la inflación y el impacto que ha tenido en la recuperación del consumo privado y la capacidad adquisitiva de la familia peruana. Añadió que “obviamente no es imputable al Gobierno, sino al Banco Central”.
También destacó que la economía se ha recuperado en 2024 por –además del consumo privado- el crecimiento de las exportaciones e importaciones, así como de la inversión pública.
El economista también se refirió al déficit fiscal y lo señaló como uno de los serios problemas.
“El deterioro del manejo fiscal del país conducirá, por segundo año consecutivo, al incumplimiento de las reglas fiscales. Hacia el futuro será muy difícil cumplirlas”, manifestó a este diario.
En ese sentido, fue muy firme y claro al señalar que la responsabilidad de ese problema se atribuye al Poder Ejecutivo y al Congreso.
“El Ejecutivo presentó un Presupuesto Público 2025 que no calza con su capacidad de recaudación. El MEF presentó, inicialmente, el proyecto de presupuesto al Consejo de Ministros y no fue aprobado, lo obligaron a aumentarlo, apelando a futuras cobranzas de deudas tributarias, es inédito. Pero el grueso de las perforaciones fue del Congreso, por un sinnúmero de iniciativas de gasto, especialmente gasto corriente, que se incluyeron en el presupuesto”, señaló el exministro.
Al respecto, Castilla dijo que eso refleja la debilidad del Ministerio de Economía y Finanzas y la mínima tolerancia a la crítica del CF.
Por su parte, Ismael Benavides, extitular de Economía, coincidió en que el control de la inflación fue lo más positivo el año pasado.
“Pero lo negativo es el déficit fiscal, que está muy alto. El déficit primario está cerca de 4% y el déficit total es casi 6%, incluyendo intereses y pago de deudas”, advirtió.
Recordó que la presidenta Boluarte se comprometió a disminuir el gasto público, pese a lo cual lo ha incrementado, básicamente por remuneraciones.
“Otro aspecto negativo es la poca inversión privada, que ha crecido muy poco, está entre 3% y 4%. Falta estímulo para que haya una inversión privada más expansiva”, comentó Benavides.
También criticó la actitud negativa del ministro de Economía, José Arista, frente a los cuestionamiento del Consejo Fiscal, porque demuestra un alto nivel de intolerancia.
“Tal vez no le puede gustar, pero lo escuché (cuestionando a Alonso Segura), no estoy de acuerdo”, puntualizó.
