Durante la juventud, son pocas las personas que, tras obtener un empleo, se interesan por sus finanzas personales por considerar que la temática no es importante o porque planean preocuparse en ello recién cuando lleguen a la adultez.
Sin embargo, tener conocimientos de finanzas personales desde temprana edad y aplicarlos a diario será de ayuda para vivir mejor las otras etapas de la vida y tener un respaldo económico ante cualquier emergencia. También será útil para saber cómo administrar correctamente la tarjeta de crédito y evitar un historial crediticio negativo.
Ahora, lo primero que deben considerar los jóvenes es destinar el 10 % de sus ingresos mensuales al ahorro y escoger una entidad bancaria que le ofrezca los mejores beneficios.
Ser jóvenes no es sinónimo de irresponsabilidad por lo que tienen que cancelar todas sus deudas a tiempo, no solo para evitar ingresar a una central de riesgo, sino para no pagar moras por impuntualidad.
Asimismo, los jóvenes deben tener prioridades en la adquisición de productos y servicios; es decir, escogerlos por necesidad y no por vanidad.