En mayo, el Programa del Vaso de Leche (PVL) cumplió 40 años y, si bien fue creado para distribuir alimentos a la población más vulnerable del país, hoy casi la mitad de sus beneficiarios no cumplen el requerimiento de encontrarse en situación de pobreza.
De acuerdo con Comex Perú, la población infiltrada (que no está en situación de pobreza) aumentó en el último año y superó los 1.3 millones, según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho).
El gremio empresarial agrega que los mayores niveles de infiltración impidieron mejorar la identificación de beneficiarios que se reportaba desde 2021. En simultáneo se incrementó el presupuesto que recibió el programa a partir del 2024.
A los problemas de gestión que enfrenta se suman las limitaciones para expandir la cobertura porque, pese al mayor presupuesto, la cantidad de beneficiarios continúa por detrás de años previos.
DISCRECIONALIDAD
Comex Perú señala que la mayor infiltración se explicaría por el debilitamiento del sistema. “La Ley N.° 31782, publicada a mediados de 2023, modificó las normas complementarias para la ejecución del programa. Eliminó el requerimiento de la validación de la población atendida a través del Sistema de Focalización de Hogares (SISFOH). Ahora la identificación de la población en situación de pobreza recae en los alcaldes y funcionarios responsables”, precisa.
El gremio empresarial señala que la excesiva discrecionalidad de los municipios genera problemas adicionales, como la discontinuidad en la entrega de raciones alimentarias.
Según el último informe de la Contraloría, con base en los resultados de gestión de 2023, apenas el 26.2% de las municipalidades otorgan el PVL entre 331 a 365 días del año, pese a que la Ley N.º 27470, Ley que establece normas complementarias para la ejecución del PVL, exige una atención diaria.
También hay problemas en la administración del presupuesto, que depende de cada municipalidad.