Desde niña, Katherine Soto supo que, pese a las adversidades, la realidad que observaba podía ser diferente. Años después, ya en su adolescencia, acondicionó su casa para enseñar a leer y escribir a los pequeños de su barrio.
Con el transcurrir del tiempo, la joven fue liderando diversas organizaciones, con el propósito de proteger a mujeres y menores de edad en situaciones de riesgo.
Enteradas de su labor, las autoridades del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) reconocieron en mayo pasado su trabajo como activista en su lucha por la igualdad y frente al incremento de la violencia contra la mujer.