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Mientras que una gran azucarera necesita invertir $350 millones en una destilería para producir combustible de la caña de azúcar, una planta pequeña requiere solo de unos $300 mil. Por ello, Flavio Castellar, director ejecutivo de Arreglo Productivo Local de Alcohol (APLA), considera que las microdestilerías son una alternativa viable para el Perú.

MODELOS DE NEGOCIO. En nuestro país, según información que maneja el clúster, este año se concretará un proyecto de este tipo en la selva, con apoyo del sector privado. “Las negociaciones todavía están en curso y el Estado participó en las conversaciones”, señaló el especialista.

Estas microdestilerías pueden producir un promedio de mil litros de etanol al día. “Como máximo se hacen 4 mil litros diarios y se necesitan 1500 hectáreas; generalmente se requiere de 70 personas por hectárea para el corte de caña”, comentó con respecto a los puestos de trabajo que generaría esta actividad.

ESTRATEGIAS. Estos esfuerzos no afectarían la posibilidad que tiene el país de convertirse en un gran exportador de biocombustibles. Entre las empresas peruanas en condiciones de liderar este proceso, Castellar destacó el caso del Grupo Gloria y de otras compañías azucareras, como Paramonga, el Grupo Oviedo, Andahuasi y Pucalá.

“Hay grupos que tienen que modificar sus fábricas antes de tener una destilería. El otro tema es encontrar un equilibrio entre puntos de agua y de tierra”, indicó. Para que la producción de etanol sea rentable, también sugirió analizar el modelo brasileño, basado en la diversificación. “La sustentabilidad económica pasa por la producción de azúcar, etanol y electricidad. Si los precios del azúcar suben, producimos más azúcar que etanol, y así lo promediamos”, afirmó.

CIFRA 

100 mil millones de litros de etanol se hacen cada año. EE.UU. y Brasil son principales fabricantes.

Encuentro

Mañana, APLA compartirá experiencia en biocombustibles durante la rueda de negocios “Brasil Tecnológico”.

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