La Zona Euro mantiene su ritmo de crecimiento. (Foto: Reuters)
La Zona Euro mantiene su ritmo de crecimiento. (Foto: Reuters)

Los bancos centrales, en el mundo, han asumido un protagonismo determinante en esta crisis económica desatada por la del .

En el Perú, el directorio del Banco Central de Reserva ha hecho lo suyo, aprobando medidas para el mantenimiento de las cadenas de pagos y de créditos; dando liquidez para las empresas, entre otras acciones de flexibilización.

Así como el BCR, muchas otras instituciones globales encargadas de preservar la estabilidad monetaria, han estado en la primera línea de combate, primero, con inyecciones masivas de liquidez para evitar el colapso del mercado financiero y con programas multimillonarios de compra de activos, a un nivel sin precedentes. Conozca la batería de medidas de los principales bancos mundiales – que disparará su tamaño agregado hasta los US$25 billones el próximo año- según el informe del portal español CincoDías.

BANCO CENTRAL EUROPEO

El BCE ha tenido que dar una vuelta de tuerca a una caja de herramientas ya al límite. Christine Lagarde, su presidenta, contratacó con un programa especial de compras específico para la pandemia y con el que la institución ha roto varios tabúes.

Por primera vez, el BCE se permite a sí mismo la compra de bonos soberanos de un país por encima del porcentaje que corresponde según su peso en el capital de la institución. Esta regla del capital sigue siendo la guía de referencia para adquirir bonos soberanos, según declara el propio BCE, pero por lo pronto el plan antipandemia ha permitido sofocar con rapidez el aumento de las primas de riesgo de Italia y España, los países que más han concentrado las compras de activos en los primeros meses de crisis. Además, el plan permite por primera vez comprar pagarés de empresas, la deuda corporativa a más corto plazo.

También lanzaron un plan extraordinario de compras de deuda lanzado en marzo, la medida estrella del BCE frente a la crisis, y han regado de liquidez a la banca, todo con tal de que el crédito bancario llegue a pymes y autónomos, los grandes damnificados por la pandemia.

Tras haber sacado toda la artillería pesada, el BCE se da ahora un respiro. Lagarde espera ahora que sean los líderes políticos los que muevan las fichas.

RESERVA FEDERAL

La Reserva Federal ha dado una respuesta arrolladora y nunca vista a la crisis económica. Su reacción ha sido determinante –y la más influyente entre la del conjunto de los bancos centrales– para devolver la estabilidad a los mercados financieros tras las jornadas de extrema volatilidad de junio.

En aquellas primeras semanas de crisis, sus compras semanales de deuda fueron gigantescas, de unos US$300.000 millones, según Bank Degroof Petercam.

La Fed estadounidense bajó de forma drástica los tipos de interés a cero y lanzó un programa de compras ilimitado que por primera vez ha incluido la deuda corporativa, incluso aquella que haya perdido el grado de inversión desde marzo a raíz de la crisis.

BANCO DE JAPÓN

Esta institución fue pionera en las compras de deuda como herramienta de política monetaria y también ha roto el tabú de lanzarse a comprar renta variable. Esta crisis es un nuevo reto para un banco central ya exhausto pero comprometido a hacer todo lo necesario para cumplir el objetivo de mantener el rendimiento del bono a 10 años en el 0% y la deuda a corto plazo en el -0,1%.

Esto supondrá adquirir el equivalente a toda la deuda que emitirá este año el gobierno japonés, por 253,3 billones de yenes (2,07 billones de euros) desde los 154,8 billones de 2019. En este ejercicio fiscal, el Banco de Japón prevé una contracción del PIB nipón del 4,7%, frente a entre el 3% y el 5% de caída estimada en abril.

BANCO DE INGLATERRA

Este banco reaccionó en marzo bajando los tipos al 0,1% y ampliando en 200.000 millones de libras su programa de compras de deuda, hasta los 645.000 millones, cuantía que ha elevado en junio en 100.000 millones más.

El Brexit parecía hasta el momento el gran desafío para el banco central británico, sin embargo debe ahora afrontar también el impacto de la crisis mientras están aún lejos de concretarse los términos de la relación comercial futura que mantendrán Reino Unido y la UE.