El consultor minero, Juan Lozano, señaló que la formalización contribuye a reducir los conflictos sociales en los proyectos mineros. Así lo indicó durante su ponencia técnica en proEXPLO 2025 denominada “Gestión social de comunidades mineras informales: pautas para la gran y mediana minería”.
En su intervención afirmó que la expansión de la minería informal viene generando conflictos donde se instalan operaciones mineras formales. Desde el evento organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), afirmó que en los últimos años se han reportado estos casos en grandes proyectos extractivos.
Según Lozano, la situación se complica cuando las grandes empresas perciben que en la zona existen mineros en vías de formalización y, a pesar de que estos cuentan con un registro vigente en el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), los consideran equivalentes a mineros ilegales. Como resultado, la política de estas compañías es excluirlos.
“Finalmente, estos mineros son excluidos, pero como continúan trabajando, y ustedes saben, si uno ha sido retirado del Reinfo y continúa trabajando, ya se configura el delito de la minería ilegal”, apuntó.
De acuerdo al consultor, esta acción genera un conflicto social grande, y al momento en que la empresa pretende expandir las áreas de exploración, se encuentra con algo que no había previsto: los mineros a los cuales había excluido eran dirigentes comunales, eran autoridades, líderes, influyentes.
REPLANTEAR GESTIÓN SOCIAL
Lozano refirió que algunas corporaciones expresan un sesgo contra la minería a pequeña escala, sin establecer distinciones, mecanismos técnicos para marcar diferencias, o trazar una línea divisoria entre los que operan con buenos estándares y los que no.
Manifestó que existe un sesgo generalizado que lleva a percibir a la pequeña minería como un problema, en lugar de reconocerla como una posible oportunidad para mejorar las relaciones con las comunidades y el entorno.
“Estamos avistando el surgimiento de un nuevo actor social, que sería el pequeño minero y minero artesanal, con intereses propios, con una racionalidad propia. En este sentido, cuando elaboramos los mapeos de actores sociales considero que es clave contemplar estrategias diferenciadas y contemplar a este nuevo actor”, acotó.
Finalmente, consideró que el minero que busca o toca las puertas al titular de la concesión minera para dialogar es una señal de que intenta dar un camino hacia la formalización.
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