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En cualquier momento un familiar o un amigo puede pedirte que seas su garante frente a un crédito o alguna hipoteca y por más que quieras ayudarlo, antes de firmar cualquier documento debes conocer qué riesgos puede implicar para ti.

¿Qué significa?

Al ser garante te comprometes a responder por las obligaciones del otro según lo dispongan las cláusulas de la deuda. Estas condiciones se estipulan en un contrato que solo pueden modificar las tres partes por acuerdo (el acreedor, el deudor y el garante).


Tipos de garantías

En principio, debes de informarte acerca del tipo de deuda que piensas contraer. En el caso de las hipotecas es común que el garante asuma las obligaciones del titular en forma parcial o sobre un monto determinado de la deuda. 

Si se trata de contratos de alquiler, puede incluirse el pago de algunos meses, deudas por impuestos, reparaciones por daños al inmueble u otros.

Por último, considera que esta condición solo se extingue con el pago al acreedor y puede ser heredada en caso de fallecimiento del garante.