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El ingenio también se puede importar. En este mundo cada vez más competitivo, vemos la tendencia de países que buscan talento empresarial. En esa línea, varios gobiernos proponen atractivas ventajas a jóvenes empresarios extranjeros para que se establezcan en sus naciones.

La invitación tiene como visión que los negocios en cuestión prosperen, creen empleos, riqueza e ingresos en impuestos para el país que los recibe.

Este tipo de ingresos se conoce como inmigración focalizada y es apoyada por la mayoría de grupos políticos en el poder. ¿Que países son los más interesados en tener en su territorio nuevos talentos?, por el momento la lista la lideran Chile y el Reino Unido. 

Así, programas con apoyo gubernamental como Start-up Chile y el británico Sirius invitan a emprendedores extranjeros, generalmente jóvenes recién graduados de la universidad, a solicitar una de las plazas que sacan cada año.

El ofrecimiento básico para los candidatos exitosos son: pagar los costos de manutención y vivienda, así como visas de trabajo y una oficina. Los beneficios pueden extenderse al apoyo de un mentor y acceso a potenciales inversores por unos 12 meses.

La finalidad de start-ups es que las empresas puedan autogestionarse y de ese modo se les amplíen las visas para permanecer en el país.

Esfuerzos de Chile
En la capital chilena, Santiago, el programa Start-up Chile ya lleva cinco años en marcha tratando de atraer a emprendedores de todo el mundo con el objetivo de motivar nuevos emprendimientos entre los jóvenes chilenos.

En cinco años, más de mil start-ups de todo el mundo han participado en el programaA cada uno se le da una beca de US$40.000 y una visa de un año para desarrollar su negocio en Chile.

Uno de estos emprendedores es Simon Papineau, un canadiense que tiene una compañía de software.  Simon, de 31 años, oyó hablar del programa cuando trabajaba en Argentina y solicitó una plaza en 2012.

Ahora, su compañía de pruebas de software Crowdsourced Testing tiene filiales en Montreal y Santiago y él divide su tiempo entre ambos lugares.

Programa Británico 
 Fujia Chen y su socio alemán Julian Jantke, ambos de 30 años, son parte de la segunda promoción de 60 participantes del programa británico Sirius.

Tras conocerse en la universidad de Oxford, desarrollan productos de consumo hechos con patentes otorgadas por la Agencia Espacial Europea, que también ha apoyado con fondos a su start-up Oxford Space Structures. Ambos reciben más de US$1.600 de Sirius.

Su primer producto, una cuna ligera de viaje que se abre y cierra en segundos y que usa la misma tecnología con la que se abren los satélites de la agencia espacial, está previsto que salga al mercado en verano.

Ahora en Londres, Chen, que es de Shanghai, asegura que le hubiera sido muy complicado emprender el mismo negocio en China.

"En China, establecer una compañía es muy burocrático... y requiere de mucho capital. No es normal que un estudiante pueda hacerlo", afirma.  Con información de la BBC

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