Melissa Arana: "“Un día me levanté ydecidí que sería atleta”"
Melissa Arana: "“Un día me levanté ydecidí que sería atleta”"

Melissa Arana no recuerda con exactitud cómo se inició en el atletismo, solo que un día decidió levantarse de su cama para practicar un deporte individual. Desde ese momento, hace nueve años, no se ha rendido ante ningún obstáculo, ni siquiera cuando su salud se puso en riesgo.

Como resultado de su esfuerzo y perseverancia, ha logrado decenas de triunfos. Hace poco obtuvo una medalla de bronce en el Grand Prix de Pruebas Combinadas en Asunción, Paraguay, y clasificó a los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 superando el récord nacional en heptatlón.

Tuviste muchos logros en tu última competencia, pero ¿cuál era tu objetivo principal?

En ese momento no pensaba en el primer lugar. Fui en busca del récord nacional y luego la marca para clasificar a los Panamericanos de este año. Al lograrlo estaría más tranquila y tendría la posibilidad de participar en más torneos.

De las siete pruebas, ¿cuál consideras que es la más complicada para ti?

Si tengo que hablar de debilidades, pienso que son las vallas, a pesar de que he mejorado mucho en ese aspecto. Cuando me va mal en una prueba, tengo que seguir porque hay más oportunidades de obtener puntaje. Yo siempre las borro de mi mente al finalizarlas, sean buenas o malas, para iniciar desde cero.

¿Y con cuál obtuviste mayor puntaje?

Con 800 metros planos (afirma con una sonrisa en el rostro). Es la última prueba y la más dura, pues ya no se corre con las piernas, sino con la cabeza. El récord que obtuve en Paraguay fue gracias al 800, ya que fallé en la jabalina. Tenía que marcar debajo de los 2:20 y le dije a mi entrenador Beto (Alberto Urbina) que debía terminar con 2:19.

¿Qué sucedió luego?

Mi remate, que es de 200 metros, lo calculo en 40 segundos. Al correr me gritaron: 1:43; es decir que me iba por los 2:23. No sé cómo lo hice, pues empecé a correr literalmente como una demente. Perdí la noción de lo que estaba sucediendo hasta que llegué a la meta y me lancé al piso durante 10 minutos. Luego pedí mi marca y me sorprendí al escuchar que había marcado 2:19:86.

¿Recuerdas el día que te iniciaste como atleta?

Siempre me gustó el deporte, pero un día, de la nada, decidí desempeñarme en esta disciplina. Preferí una técnica individual porque no me gustaba practicar en equipo, ya que uno depende mucho de otras personas. Si uno de ellos siente flojera, o simplemente no tiene ganas de competir, todo el esfuerzo invertido no sirve de nada.

¿En qué año fue eso?

A finales de 2006, pero empezamos a entrenar en serio a partir de 2007. Hablé con mi profesor de educación física y me envió donde Beto Urbina. No sabía ni siquiera dónde estaba la partida. No tenía idea de lo que hacía, pero nos esforzamos bastante y en tres o cuatro meses logramos el récord nacional de menores en heptatlón. Luego tuve una enfermedad, entre el 2008 y el 2012, que me estancó totalmente. Mi marca se volvió fatal.

¿Sufriste una lesión?

No. Tuve problemas para almacenar el hierro, sufría de la tiroides... tenía de todo. Se me juntaron muchas complicaciones y los médicos nunca detectaron cuál fue la causa, pero yo seguía en el deporte. Beto me cuidó mucho, porque no es lo mismo entrenar a un atleta que a una persona enferma. Al final aprendí bastante.

¿En qué sentido?

Siempre me digo: “si pude superar una enfermedad, por qué no superar una prueba”. El atletismo es como la vida diaria: tiene obstáculos y, si te caes, te paras y continúas caminando.