A continuar los sueños de Lili, la maestra víctima de 'el asesino del martillo'
A continuar los sueños de Lili, la maestra víctima de 'el asesino del martillo'

A sus juveniles 18 años, Lili tenía el anhelo de ser una exitosa saxofonista y lograr el éxito en su cevichería.

Los primeros pasos ya los había dado. A los 15 años, a poco de terminar el colegio, ingresó al Conservatorio Nacional de Música en Lima, donde se graduó como profesora de Música y Arte.

Liliana Zurita Mamani tenía una amplia experiencia en los escenarios, pues formaba parte de la orquesta “Somos Vip Latinos”, grupo que lideraba junto a su padre José Zurita Villarroel, por lo que enrumbaba hacia buen camino.

Pero, “todo quedó en la nada”, afirma con voz melancólica José Zurita.

El tiempo que su hija invirtió para hacer realidad sus sueños se vino abajo cuando se cruzó en el camino de Luis Huamán García (26), la persona que le arrebató la existencia.

El espíritu musical que tenía Lili lo heredó de su padre y de sus tíos, los que formaban parte de una orquesta musical. En el colegio integraba la banda de la I.E. Micaela Bastidas.

Alegre, extrovertida, cariñosa, eran sus adornos o “estrellas” como ella las llamaba.

EL CRIMEN. Al retornar a la ciudad postuló y ganó una vacante como docente en el Pronoei Los Patitos, en Cerro Colorado. También era profesora particular y trabajaba en la distribuidora de cervezas con su madre. “El trato era que ella se haga cargo de la distribuidora y de la cevichería”, refiere don José. Recuerda que uno de sus sueños era retornar a Venezuela, país donde nació, para luego irse a Europa y seguir una carrera como saxofonista.

Para el 1° de abril de 2014, Luis Huamán García llegó desde Lima para hacerle una visita por su cumpleaños; sin embargo, su estadía se extendió por más de un mes.

Recuerda su padre que él llegó a su casa como el amigo de Liliana. Al notar algunos incidentes inadecuados, le pidió que retornara a su casa. Así que a la mañana siguiente del martes 13 de mayo ya no lo volvió a ver. Esa misma noche, su hija había desaparecido misteriosamente.

Dos días después de una angustiosa búsqueda, encontró su cuerpo en uno de los salones del Pronoei.

La necropsia arrojó lesiones en la cabeza y miembros inferiores.

Después de tres meses, su victimario fue traído a Arequipa después que intentara refugiarse en un centro de enfermedades mentales en Lima.

Dijo que mató a Liliana por aparentes celos al verla con otra persona. Con un martillo golpeó su cabeza, la abusó sexualmente y finalmente la asfixió.

El reconocimiento de su culpa permitió que se le redujera la pena de cárcel.

La Fiscalía pedía 28 años, pero le dieron 15 años y 5 meses. No es justo. Él ha torturado y maltratado a mi hija”, reclama por la benevolencia que tuvo el juez con el asesino de su hija.

“He luchado, pero la justicia lo ha decidido de esta manera”, dice.

No obstante, señala que evaluará la posibilidad de interponer algún recurso para que el caso sea visto en una segunda instancia.

La promesa que hizo su padre ante la tumba de Liliana es que una vez que concluya la instalación de la cevichería colocará una lápida de mármol sobre su tumba.

En tanto, el “Zurináutico”, ha comenzado a recibir clientes en su local en Villa Paraíso desde el presente año.

Asimismo, la banda Somos Vip Latinos la recuerda en cada una de sus presentaciones. Liliana recibirá siempre una mención especial como directora musical, dice su padre. Los recuerdos en la mente de José se vienen uno tras otro.

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