Basta un abrazo sincero para curar la pena o dar un poco de amor a los inocentes. No importa si eres un menor con infracciones sobre los hombros o si eres víctima del abandono, solo interesa empezar de nuevo.

Cada vez que las puertas del Centro de Protección del Niño y Adolescente - Arequipa (CENPNA) se abren para recibir a un nuevo integrante temporal, algo que sucede casi todos los días, los 17 policías y civiles que laboran en la sede, más allá de juzgarlo, lo acogen, pues son conscientes de los duros momentos por los que pasa y que necesita ayuda y un hogar.

El albergue de la Policía, como es conocido el CENPNA, es dirigido desde inicio de año por la teniente Rocío Rodríguez López, oficial que laboró en diferentes áreas de investigación de Lima y quien ha emprendido un gran reto: Ayudar a los menores a superar su pasado.

“La labor de la Policía en este albergue es muy noble. Lo que necesitan es atención y afecto. Cada niño tiene una historia guardada y con un poco de paciencia, la revela y así podemos ayudarlos, orientarlos y protegerlos“, explica la jefa del CENPNA.

Normalmente en el centro temporal se alberga a niños o adolescentes involucrados en forma indirecta en algún delito.

“Tuvimos un caso particular de uno que no quería recibir ayuda. Durante una conversación que tuvimos se abrió y dijo todo lo que sentía y se puso a llorar. Fue un gran avance para nosotros y sobre todo para él”, narra la oficial de la Policía.

ESTADÍSTICAS

Durante el 2018, el albergue policial ha recibido a 856 personas y en lo que lo que va del año a más de 30, cuyas edades van de 1 a 15 años. Pese a que su permanencia debería ser cuestión de días, muchos se quedan semanas o meses.

“Suele pasar que no los quieren recibir porque superan el número que podemos acoger. Tuvimos el caso de un pequeño que su madre por maltratarlo, luego de permanecer aquí, la Fiscalía optó por entregárselo de nuevo porque no había cupos en otros albergues”, indica la teniente Rocío Rodríguez.

En los últimos años de el CENPNA, de los 43 que viene trabajando, no solo ha recibido a niños y adolescentes arequipeños con problemas judiciales, sino también a los de otras ciudades del sur y extranjeros, en su mayoría hijos de migrantes venezolanos.

De enero a la fecha han ingresado 6, niños y niñas de 1 a 6 años y que lamentablemente son víctimas de las circunstancias o delitos que cometen sus padres u otros familiares.

Hace una semana, los agentes recibieron a una infante venezolana de más de 1 año de edad que había llegado al país con sus tíos. Durante una intervención policial, se demostró que sus cuidadores estaban involucrados en un acto delictivo.

“Es una niña muy dulce y tranquila, estamos esperando que su mamá llegue de Venezuela para entregarla bajo un procedimiento legal (...) de no llegar, será trasladada a un albergue por tiempo indefinido”, explica la jefe del albergue de la Policía Nacional.

Otro de los casos que se presentan en el centro es la llegada de pequeños cuyas madres han sido intervenidas en locales nocturnos. En estos casos, es complicada su situación.

“Mientras permanezcan aquí, nosotros queremos darles lo mejor. Lo que queremos es que pierdan el miedo que traen consigo”, afirma la teniente PNN Rocío Rodríguez.

CENPNA en busca de apoyo

Uno de los problemas que se presenta en el albergue de la Policía es la falta de enseres.

Pese a que cuentan con ayuda alimenticia del Estado, es insuficiente.

Muchas veces los agentes tienen que visitar mercados u otras instituciones para recaudar ayuda y atender a los menores. Los que deseen apoyar pueden hacerlo en la sede policial ubicada en Alto Selva Alegre.

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