Cada 5 de diciembre se conmemora el Día del Bombero Voluntario del Perú y para el brigadier mayor CBP Andrés Portugal Salomón, es más que una fecha para celebrar y recibir los merecidos reconocimientos, también es compartir y recordar aquellos momentos que uno ha experimentado como el hombre de rojo.
Desde la Compañía de Bomberos Yanahuara N.º 140, Andrés Portugal Salomón, quien está cargo, nos cuenta como esta labor se ha convertido en parte de su vida, no desde la adultez, sino desde que tenía 5 años. “Yo he abierto los ojos al Cuerpo de Bomberos por el lado familiar, tanto de mi padre, mi madre, hermanos, tíos que ya eran bomberos”, dice, con la convicción de quien creció entre sirenas, cascos y chaquetones.
LABOR SATISFACTORIA
Desde lo que se conoce hoy la Compañía de Bomberos Arequipa 19, situada en la calle Bolívar, en el Cercado, Andrés Portugal ya asistía a su padre Brigadier CBP Ernesto Portugal Deza, en algunas labores como incendios, rescates, o logística. Con tal legado, es fácil entender por qué Andrés creció sintiéndose parte del cuartel incluso antes de ponerse un uniforme, pues en cada reunión familiar incluía alguna anécdota, alguna emergencia recordada, algún comentario sobre cómo se resolvió un incendio.
“Después de las emergencias miraba como la gente agradecía a los bomberos y ellos se sentían satisfechos de la labor y eso motivó a que yo también siga esos pasos”, recordó con nostalgia.
Con el paso de los años, y ya en secundaria, la compañía siguió siendo su centro de formación. Vivía en el Centro de Arequipa y junto a sus primos hermanos, la ruta era casi siempre la misma: del colegio al cuartel. Entre prácticas, charlas y guardias, la vida del adolescente tomó la forma de un aprendizaje constante; la disciplina del cuerpo, la hermandad entre compañeros, el respeto por la emergencia y el servicio gratuito fueron moldeando su personalidad y su visión del mundo.
Cumplidos los 18 años y formalizar su ingreso al Cuerpo de Bomberos, Andrés Portugal asumió que esta vocación es, en el fondo, un hobby, un tiempo que se entrega sin esperar retribución económica, pero con la satisfacción plena de servir. Revela que no es sencillo, pues implica responsabilidad, preparación constante y un compromiso que va mucho más allá de entusiasmo.
HISTORIAS QUE MARCARON
Desde su ingreso en 1984, ha participado en emergencias que marcaron la historia reciente de Arequipa. Una de las más dolorosas fue el accidente aéreo del vuelo Faucett 251, ocurrido en febrero de 1996, donde murieron más de 120 personas.
Ese mismo año vivió otra tragedia, pues la noche del 14 de agosto, a puertas de celebrarse un nuevo Aniversario de Arequipa, 35 personas fallecieron electrocutadas y carbonizadas en el puente Grau. “Todo un suceso triste y lamentable en Arequipa”.
Pero ahí no acabó todo, pues días después, las bombardas decomisadas por ese accidente explotaron en la Divincri (local Policial Santa Rosa), producto de una negligencia al manipularlas, en el que murieron dos policías. Aquel año de 1996, Arequipa lloró muchas desgracias.
En sus 40 años de servicio ha enfrentado incendios de carpinterías, colchonerías, recuperación de cuerpos del río Chili, y emergencias médicas de todo tipo. Recuerda los partos dentro de las unidades de bomberos. “Nosotros hacíamos esa chamba, la Policía en ese momento no intervenía porque no tenía unidades especializadas como ahora. Entonces era la única comandancia del centro que iba a todos los distritos de Arequipa”. Esa ardua labor se realizó hasta que se construyó la segunda compañía en la provincia.
A lo largo de su carrera, Portugal también ha visto como la institución ha evolucionado, ya que pasó de equipos rudimentarios a unidades modernas, de formación básica a entrenamientos especializados, y de un reducido número de voluntarios a compañías más organizadas. Sin embargo, sigue habiendo desafíos, pues los recursos siguen siendo limitados y la demanda de emergencias crece cada año.
“Nosotros damos alma, vida y corazón y honramos el lema del Cuerpo de Bomberos, que es Dios, patria y humanidad. Lo tenemos bastante marcado, eso nos hace que demos todo por el todo para ayudar a los demás, sin esperar que nos reconozcan, porque es nuestra forma de vida, nuestro genio, nuestro valor como personas dentro de la sociedad”.


COMPAÑÍA
En su compañía, que cuenta con 75 bomberos, y la mitad puede operar constantemente debido a sus trabajos. Expresa que ante cualquier emergencia, el trabajo es en equipo.
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