Catorce profesionales integran el Equipo Humanitario de Recolección de Cádaveres COVID-19 y desde mayo han levantado 415 cuerpos sin vida de casas y vías públicas. De los cadáveres recolectados, 131 estaban infectados con coronavirus, otros 217 eran de portadores sospechosos y el resto por otras razones de muerte.
El responsable del grupo y ex integrante del equipo encargado de realizar exhumaciones en Lucanamarca, Ayacucho (época del terrorismo), antropólogo Jerson Enrique Guzmán Collado, reveló que la cifra más alta fue en el mes de julio donde hubo un pico 21 fallecidos en 1 día. El agotador y riesgoso trabajo de los últimos meses, representó un verdadero desafío para el grupo pues trabajaban días y a veces hasta sin descanso.
ARDUO TRABAJO
“Se laboró hasta 72 horas seguidas, hemos llegado a tener 8 cadáveres por día y uno en particular recogimos 21 cuerpos en 24 horas, fue el pico más alto”, indicó Guzmán.
El profesional cuenta que el asumir el reto de recoger a fallecidos infectados con COVID, no fue tan desalentador para su familia ya que desde la universidad estuvo involucrado en el campo, aunque los últimos trabajos más relacionados a la salud.
“Estuve trabajando en Salud Mental y me ofrecieron integrar el equipo y estoy orgulloso de cómo se trabajó hasta el momento. El equipo también está integrado por médicos, docentes, como un profesor de primaria que tiene experiencia en recojo de cuerpos”, agregó.
TEMOR POR CONTAGIARSE
Una de las anécdotas que recuerda el profesional, es que, en una de las viviendas visitadas, encontraron un cuerpo en la ducha, pero con lesiones en la cabeza y pese a que los parientes indicaban que había fallecido por coronavirus, el caso se reportó a la Fiscalía.
La labor que realiza el grupo, integrada por médicos, técnicos de desinfección y operarios, representó una verdadera lucha. De los 14 integrantes, solo 1 hasta la fecha no contrae la enfermedad.
“13 se han infectados, han guardado cuarentena y nuevamente se reintegraban. En mi caso, en julio enfermé con COVID-19, pero igual seguíamos trabajando con el monitoreo de los casos”, recordó.
Reconoció que existe temor por la labor que realizan, pero considera que hay predisposición y valor para continuar.
Ante una posible segunda ola de contagios, el equipo de recojo de cadáveres proyecta que la cifra de fallecidos podría elevarse a 17 por día, es decir, el doble de lo que se reportó en julio.