El paso de alerta extrema a muy alto de contagios de la COVID-19 en Arequipa no se dio por la disminución significativa de los casos positivos, sino por la estabilidad de los mismos que advertirían que la segunda ola de la pandemia ha ingresado a una meseta y dependerá mucho de la población que la tendencia sea a la baja.
El director del hospital Honorio Delgado Espinoza, Richard Hernández Mayori, refirió que desde hace dos semanas los ingresos de pacientes con síntomas moderados a graves se han mantenido en 20 por día y el 95 por ciento de ocupación de las camas hospitalarias tampoco ha variado. “Esta cuarentena ha surtido sus efectos, estamos entrando en una meseta que esperamos comience a descender y para eso tenemos que ser responsables todos, cumpliendo con las medidas de bioseguridad”, refirió.
El director del hospital COVID sostuvo que las reuniones familiares y celebraciones por las fiestas de fin año fueron las que ocasionaron el incremento significativo de los contagios, sobre todo en los fallecidos. De acuerdo al reporte epidemiológico de la Gerencia Regional de Salud, el punto de quiebre fue el 19 de enero, dos semanas y media después de Año Nuevo.
Cifras para tener en cuenta
Los contagios sobrepasaron los 500 por día y hubo no menos de 10 fallecidos cada 24 horas. Desde entonces hay picos de 670 contagios y 25 fallecidos por día durante los primeros días de febrero. “Esto nos deja una lección, toda reunión o celebración hay que postergarla para después por nuestro bien”, agregó el galeno.
Javier Gutiérrez, decano del Colegio Médico, coincide en que la segunda ola de contagios se ha estabilizado, pero observa que el riesgo está en que el cambio del nivel decretado por el Gobierno se ha dado a mitad de este proceso y durante la disminución de los contagios. “Es como si sacaras a un pacientes de la UCI y lo enviaras a casa a descansar, en cualquier momento se puede regresar a la misma situación, la gente debe priorizar el cuidado de su salud”, dijo