Imagen del Señor de los Milagros en la Plaza de Armas de Arequipa. Foto: GEC
Imagen del Señor de los Milagros en la Plaza de Armas de Arequipa. Foto: GEC

El manto morado volvió a teñir las calles de la Blanca Ciudad este 1 de octubre. A las 6:00 de la mañana, la imagen del Señor de los Milagros partió del templo de San Agustín en su primer recorrido procesional del mes, reuniendo a miles de fieles, quienes mediante oraciones, cánticos y lágrimas agradecían al Cristo Morado. Desde la madrugada, los cargadores del anda sagrada acudieron para rendir homenaje al Cristo Moreno. Esta imponente estructura es sostenida por los integrantes de las cuadrillas en cada recorrido, conformadas por un total de 400 devotos.

Encabezó el recorrido monseñor Raúl Chau, quien indicó que este mes debe ser de reflexión, haciendo el llamado de atención a las autoridades quienes están próximos a terminar su periodo de gobierno y que en estos meses miran a la población.

Fieles acompañaron a la imagen del Señor de los Milagros. Foto: GEC
Fieles acompañaron a la imagen del Señor de los Milagros. Foto: GEC

“Comenzamos octubre llenos de esperanza y rogando al Señor de los Milagros para que podamos seguir adelante en nuestro país que amamos, a pesar de las dificultades. Octubre es un momento muy propicio para que las autoridades reflexiones ya que están pronto a dejar los cargos que asumieron hace cuatro años, deben mirar al hermano, al que sufre, a no pensar en qué provecho saque para mi, sino cómo voy a ayudar a mis hermanos”, recalcó.

También estuvieron presentes las sahumadoras, mujeres devotas que anteceden el paso del Señor de los Milagros. Ellas son las encargadas de abrir paso mediante el humo y olor del incienso al Cristo Morado, motivando a la oración. La mayoría descalzas y todas con su manto blanco sobre su cabeza. Detrás del Señor de los Milagros, los acordes de la Banda de Músicos de la Hermandad llenaban el aire con notas solemnes y profundas. Este grupo celebra diez años de servicio ininterrumpido acompañando cada octubre con su repertorio religioso y festivo, convirtiéndose en parte inseparable de la procesión.

TESTIMONIOS

Cada rostro tiene una historia de devoción hacia el Cristo Moreno. Entre ellos está doña Bertha Ruth, quien salió de su casa a las 5 de la mañana y estar en primera fila para rendir devoción. Recuerda que su fe en el Señor de los Milagros nació desde niña, siguiendo el ejemplo de su madre.

En su juventud llegó a vestir de morado como promesa personal, pero al casarse se alejó de esta tradición. Sin embargo, hace tres años decidió retomar ese compromiso que había dejado pendiente, convencida de que era momento de cumplir la promesa que en su corazón siempre estuvo viva.

Para ella, la fe en el Cristo de Pachacamilla no es solo tradición, sino una relación de gratitud y confianza. Con tristeza recuerda cuando su madre enfermó gravemente con un cáncer terminal y le dieron meses de vida, pero vivió 19 años. “Le pedí mucho, puse su vida en sus manos y mi mamita vivió 19 años más, mis plegarias fueron escuchadas”, cuenta.

Otro rostro lleno de fe, fue el de Gilda Reyes (67), quien relató que hace 20 años le detectaron dos aneurisma en el cerebro y tenía que ir a Lima para que la intervengan. Ese momento de dificultad la llevó a encomendarse al Cristo Morado y entre lágrimas le pidió valor para afrontar como ellas, miles de feligreses sienten un agradecimiento profundo por el Señor que cuida sus pasos y los llena de bendiciones.

En este mes los recorridos no solo serán en el centro de la ciudad de Arequipa, también en diferentes distritos como Cayma para que toda la población sienta de cerca al Señor de los Milagros.

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