Vivió difíciles momentos cuando ocurrió el huaico. (Foto:Nelly Hancco)
Vivió difíciles momentos cuando ocurrió el huaico. (Foto:Nelly Hancco)

“Me salvé de milagro, si demoraba dos segundo más, el agua me arrastraba”, contó Jesús William Humaní Huancahuari, uno de los sobrevivientes del huaico en la zona de Pampaylima, en el distrito Mariano Nicolás Valcárcel, en la provincia de Camaná.

TE PUEDE INTERESAR: Arequipa: Encuentran cuatro cuerpos en anexos afectados por huaico

La tarde del domingo 5 vio ingresar el lodo desde la zona de Arapa, una labor vecina, metros arriba, pensó que era leve. Miraba por la ventana de su habitación el avance, cuando se dio cuenta de que la fuerza de la lloclla aumentaba, al tal punto que la casa de su vecina se desplomó. Salió como pudo y saltó entre los techos de las viviendas para sobrevivir.

En su huida encontró a una mujer que pedía ayuda, pero al parecer tenía la pierna atrapada en los escombros. Junto a otro hombre que estaba ahí la jalaron, pero no pudieron sacarla. El huaico la cubrió hasta el pecho y aunque seguía pidiendo auxilio, no pudieron salvarla. El lodo la arrastró, ellos siguieron corriendo por los techos.

“Salté como pude, en ese momento no medí las distancias, era como saltar dos centímetros” recordó, cómo si la imagen de aquella escena volviera a su mente. En una de esas viviendas encontró a un niño de unos 5 años que lloraba ¡Mamá!, repetía y eso movió el instinto de padre de Jesús, pensó en sus dos hijas y bajó a la habitación, cargó al pequeño y lo subió, mientras más arriba la madre lloraba y pedía que rescate a su hijo. Estando casi a salvo, pocos segundos después la vivienda quedó cubierta de lodo y piedras, salió como pudo. Jesús reitera que si demoraba dos segundos más, moría enterrado, como muchos de los pobladores.

HECHOS

Los policías que recuperan los cadáveres en Pampaylima, uno de los anexos de Seocha, dicen que este fue el cementerio de decenas de personas, porque se presume que los cuerpos arrastrados desde la zona de Posco Misky (kilómetros más arriba) quedaron ahí.

Jesús William es israelita y cree que Dios le dio una segunda oportunidad de vida. Esa noche durmió en el cerro, a la intemperie, sin abrigo y con botas de trabajo. Ayer pudo ponerse unas sandalias usadas que alguien le regaló por compasión.

Pese a la tragedia y perder sus pertenencias en el cuarto que alquilaba, se quedará en el lugar para trabajar en la labor minera 7.5, a donde podría retornar la siguiente semana.

Hasta el 2020 vivía en Pampaylima con su esposa y sus hijas, pero la pandemia los obligó a alejarse. Su pareja volvió a Ayacucho y él se quedó en Pampaylima a seguir trabajando.