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Es media mañana del jueves 29 de enero de 2015. Más de 300 jovencitos están formados en el patio del colegio y cantan. Acompañados solo por una guitarra y cantan. Pero no cantan con la parsimonia de un coro de iglesia, ni con el desgarro vocal en un concierto. Su canto está colmado de alegría, sus voces llenan el patio y se estremecen las columnas.Tal vez no sean muy afinados, pero escucharlos eleva el espíritu.

¿Y por qué son ellos tan especiales? La respuesta es casi obvia: son salesianos.

FORMACIÓN.Han pasado exactamente 200 años desde el nacimiento de San Juan Bosco -fundador de la Congregación Salesiana en 1859-, y 127 años desde su muerte. Sin embargo, sus enseñanzas a los jóvenes han trascendido. Solo basta con visitarlos en cualquiera de los 10 colegios salesianos que existe en Perú, para descubrir la misma cultura de felicidad tan arraigada en los muchachos, y su ímpetu por el trabajo.

Es que en su mayoría, explica el padre Juan Espinoza del Río, y director del Colegio Salesiano Don Bosco de Arequipa; las instituciones de la congregación fomentan la educación técnica basada en valores religiosos y civiles. “Este tipo de enseñanza lo instauró Don Bosco, cuando sintió el llamado de Dios para habitar en medio de los jóvenes y ayudarlos. No solo fortaleciendo su fe, ni dándoles consejos de amigo, sino más bien capacitándolos para la vida”, cuenta el sacerdote. Ante esa necesidad, el santo abrió talleres donde los menores pudieran aprender algún oficio. “Hasta hoy compartimos esa misión: formar buenos cristianos y honrados ciudadanos”.

Para comprobarlo, recorrimos el centro educativo y conversamos con algunas personas. En el Taller de Robótica encontramos a José Tito Acroto (13), quien lleva dos años estudiando con los salesianos. Contó que disfruta estando allí. ¿Por qué?, -porque todos están felices y la alegría es contagiante-. ¿Y qué aprendió de los salesianos en este tiempo? -A ser trabajador y honesto, como Don Bosco. Ni siquiera titubea para responder.

También conocimos al profesor Luis Montes de Oca, responsable del Taller de Ebanistería, y salesiano hasta la médula. “Soy exalumno de este colegio. Aquí he recibido una educación de calidad y me inculcaron valores. Ahora estoy formando nuevos muchachos para que sean mejores personas, refiere el docente.

FAMILIA. Pero a los salesianos no solo les apasiona el trabajo. También saben divertirse, y mucho. En los recreos y los oratorios es usual ver a los religiosos juganto una “pichanga” con sus jóvenes. Soportando los embistes propios del juego y sudando la camiseta. Es parte de su carisma.

“Dentro del colegio, y dentro de las congregaciones, mantenemos una relación de familia entre chicos y grandes. Así lo aprendimos de Don Bosco”, indica el padre Juan.

¿Pero, entonces, cómo construyen el respeto? -Pues nos hacemos sus amigos y al mismo tiempo les enseñamos a ser buenos amigos. Ésa es la clave.

Por lo pronto, los muchachos siguen en el patio, ensayando con estusiamo los cánticos que dedicarán a Juan Bosco este 31 de enero, cuando se conmemora su muerte. Ello en el marco de las celebraciones salesianas por el bicentenario del nacimiento del santo de los jóvenes

-¿Cantamos otra canción?-, pregunta el hermano encargado de la guitarra. Y

todos en el patio se alegran y gritan exigiendo cantar, cada uno, su canción favorita.

DATO: Los misioneros salesianos llegaron a América Latina en 1875. Al Perú en 1891, y a arequipa en 1896. Actualmente esta congregación tiene presencia a nivel mundial.

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