La avenida Tahuantinsuyo, en el sector de Leones del Sur, en el distrito de Hunter fue el epicentro de un evento inolvidable, la primera carrera de carros locos, vehículos creados artesanalmente con mucha imaginación y con un estilo que llamo la atención de los más de mil espectadores que acudieron a apreciar esta actividad organizada por la municipalidad distrital.
La pendiente de la avenida Tahuantinsuyo fue usada por los vehículos hechos de cartón, fierros soldados, maderas, telas, llantas de bicicleta, carretilla, entre otros materiales, donde sus pilotos tenían que superar obstáculos, como rampas para llegar hasta la meta y llevarse el jugoso premio en tres categorías: S/ 3,000 al carro más creativo, S/ 2,000 al más veloz y S/ 1,000 al mejor equipo.
PARTICIPANTES
Sin conocer de mecánica, pero con ganas de aventurarse en construir un auto, miles de familias dedicaron días y noches para participar de la primera ‘Carrera de Carros Locos’ realizada este domingo en el distrito de Hunter. Con ingenio, pasión y muchas horas sin dormir, cada equipo puso a prueba su vehículo en una ruta con rampas, giros y mucha adrenalina.
Detrás de estos creativos carros locos están familias que se unieron y salieron de su rutina para entrar en la diversión. Correo te cuenta la historia de siete equipos que dieron todo de sí. Uno de ellos es Leonardo Guzmán quien junto a sus compañeros rindieron homenaje a su “tuno mayor” con un tricornio gigante que construyeron en solo siete días. Dormían apenas tres horas por noche.
Desde Juliaca, la familia Gamero trajo su mini rally armado en tierra altiplánica. Javier Valencia y Camila Gamero, junto a tres personas más, adaptaron frenos, suspensión y diseño en un vehículo que simula sus experiencias en competencias reales. “Se rompió el eje en una rampa, pero terminamos igual”, contaron orgullosos.
José Henry Portugal y sus sobrinos recrearon a Sweet Tooth, el payaso de un videojuego, con cartón de lavadora, fierros reciclados e impresión 3D. Invirtieron cerca de S/800. “Lo hicimos por la chacota, por divertirnos. La gente puede crear, construir y encontrar su vocación en eventos así”, afirmó.
Víctor Amachi construyó un carro que simulaba un pollo gigante en menos de 24 horas junto a su hermano y dos amigas. “Era para los niños, por la adrenalina, no por el premio”, dijo.



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