Con flores, coca y chicha, decenas de personas participaron ayer en un pago a la tierra y “Tinkuy” realizado en la Plaza de Armas de Arequipa. El evento fue organizado por la Comunidad para el Desarrollo Humano, en el marco del Inti Raymi o año nuevo andino, que marca el solsticio de invierno en el hemisferio sur.
La ceremonia fue dirigida por Francisco Carpio Jordán, quien destacó que este tipo de encuentros buscan rescatar valores ancestrales como la reciprocidad y la complementariedad. “Hoy día hay más violencia, más egoísmo. Estos rituales nos enseñan a vivir mejor y en armonía con la tierra y con otros”, afirmó.
Carpio explicó que el mundo andino se rige por el principio del ayni, basado en la reciprocidad entre personas, y por la complementariedad entre diferentes. Señaló que estos conceptos organizan las relaciones sociales y estructuran una forma de vida colectiva dentro de las comunidades andinas.
CEREMONIA
Los asistentes recibieron hojas de coca, las agruparon en tríos para pedir deseos, y las depositaron en un brasero. También compartieron chicha. “Nos conectamos con el sol, la tierra y el cosmos. Como una radio o celular, el cuerpo se recarga de energía”, explicó Carpio mientras guiaba la ceremonia.
El líder humanista enfatizó que no se trata de adoración, sino de respeto. “Saludamos al Padre Sol, a la Madre Tierra, a nuestros apus como el Misti y el Chachani, y también a los seres vivientes. Esta conexión es un acto de armonía y agradecimiento por la vida”, señaló ante el público presente.
A lo largo del ritual se hizo énfasis en la dimensión energética y espiritual de la ceremonia, donde el sol representa fuerza vital y la tierra es fuente de regeneración. Por ello se realizó el saludo al sol con manos levantadas y el contacto directo de los pies con la tierra.
También se utilizaron elementos simbólicos como la cruz andina o chacana, la constelación de la Cruz del Sur y las ofrendas con alimentos y hojas sagradas. Además, se recordó que estas prácticas tienen origen en el calendario solar andino, con 13 ciclos lunares y estaciones relacionadas con los cultivos.
La ceremonia terminó con pedidos por la salud de los ausentes, entre ellos extranjeros, por la paz mundial y contra la corrupción. “Recuperar el Sumak Kawsay o buen vivir puede ser una gran propuesta para la humanidad. Complementarnos en lugar de competir, vivir en armonía y no en destrucción”, concluyó Carpio.
JACOBO HUNTER
Un día antes, en las primeras horas del sábado 21 de junio, otra ceremonia fue realizada en el cerro Kasapatac del distrito de Jacobo Hunter, donde también se conmemoró el inicio del calendario solar andino.
Allí, decenas de personas y representantes de la Asociación Cultural K’asapataq participaron del ritual espiritual que buscó absorber la energía de los primeros rayos solares para iniciar un nuevo ciclo productivo y espiritual, en el que se honra a la naturaleza y se renueva el vínculo entre el ser humano y la tierra.
VIDEO RECOMENDADO:
