Una vez al año los vecinos de Cayma toman las calles del distrito para festejar los carnavales, esa celebración ubicada antes del miércoles de ceniza y que previene la seriedad de la cuaresma católica en un último chispazo de algarabía popular.
A diferencia de otros años, la municipalidad local decidió cambiar el punto de salida, que normalmente se hacia desde Buenos Aires y que muchos asistentes extrañaron por atentar contra esta costumbre. Precisamente, sobre revalorar las costumbres es que la municipalidad local impulsa la celebración del carnaval.
Aunque desde la municipalidad prometieron aclarar cuánto fue el gasto, indicaron que la organización y desarrollo es posible gracias a las comparsas entusiastas que provienen de otros pueblos tradicionales del distrito y que se empeñan por mantener la fiesta año tras año.