Conozca la historia del peruano que triunfa en República Dominicana

Actualizado el 25/08/2015, 04:15 p.m.

Néstor Sáenz, trabajaba sin mayores sobresaltos en una industria embotelladora de su natal Arequipa, pero una oferta tentadora le hizo cambiar su destino hace diez años. Hoy es el comandante del equipo Espartanos que constituye la fuerza de ventas de Industrias San Miguel (ISM) en República Dominicana.

Es a este yanahuarino de nacimiento a quien la empresa de capitales peruanos le debe haberse situado en primer lugar de venta de bebidas gaseosas, néctares y aguas en ese lejano país del mar Caribe.

El logro se explica cuando asistimos a la jornada matinal que no es otra cosa sino la renovación de la promesa muy peruana insertada por Néstor en los dominicanos: ¡Sí se puede! La “terapia” se asemeja en algo a aquella tan difundida por los jugadores del Cienciano de Cusco cuando en setiembre 2004 lograron la Copa Sudamericana de Fútbol.

METAS Y OBJETIVOS. Arengas que retumban en las paredes de la sala de ventas, terminan en sonrisas de oreja a oreja y de esa forma todos salen con el ánimo al tope para conquistar el mundo y seguir liderando el mercado.

Medio centenar de vendedores escuchan el mensaje de Wiliam Casanova, a quien Néstor instruyó con las técnicas de ventas aprendidas en Perú.

Cada uno arenga la meta del día y el deseo de alcanzar el reto de llegar hasta el último rincón de la ciudad de Santo Domingo, “allá donde la competencia nunca ha llegado”.

¿Los resultados? Muy alentadores. Kola Real de ISM es para Sáenz y sus compañeros la posibilidad de seguir trabajando. Su inspiración en los soldados espartanos del antiguo ejército de Esparta (Grecia), no está en la muerte sino en la conquista de más consumidores.

Ha pasado una década desde que tomó a su familia (esposa e hijos) y partió hacia un lugar desconocido, dejando su puesto de supervisor de ventas de Inca Kola.

Hoy es gerente regional de ventas en Santo Domingo y muy orgulloso, como le ocurre a todo arequipeño, cuando le pregunto ¿de dónde eres? Responde “soy arequipeño”. Claro pues arequipeño, no solamente peruano, recalca mientras nos unimos en una sonrisa, pues compartimos el mismo orgullo.