El Centro Histórico de la ciudad de Arequipa es Patrimonio Cultural de la Humanidad y no en vano recibió esta distinción, ya que preserva vestigios únicos de nuestros antepasados y en sus diversas formas. Desde arquitectura preinca, colonial y ahora preindustrial, previo a los avances tecnológicos.
Ubicado a menos de 15 minutos a pie desde la plaza de Armas de Arequipa, está la antigua Quinta Salas o también conocido como Castillo del Diablo, un barrio que guarda arquitectura preindustrial y mantiene viva sus tradiciones.
Acompañados del arquitecto y restaurador, William Palomino, este espacio fue construido por Tomás Salas en la década de 1960, a fin de facilitar cuartos para el alojamiento de los empleados de las curtiembres ubicadas en el barrio del Solar.
En la década de 1980, la crisis de la industria del cuero obligó al cierre de gran parte de las curtiembres del barrio del Solar, pero los antiguos empleados permanecieron en estos cuartos.
A pesar del deterioro de las construcciones, resalta que es una ciudad de dos niveles de estilo Art Deco, donde algunos balcones se interconectan con otros ambientes. No obstante, aún queda la preocupación por el daño en su estructura.
“Ahora es un proyecto que tanto el centro histórico como algunas universidades quieren impulsar para convertirlo en parte de esos circuitos de esas ciudades que están dentro de la ciudad”, expresó.



Continuando con el recorrido, se puede observar la plazoleta de Quinta Salas, donde se realiza la veneración a las cruces, una tradición que perdura por años.



Por su parte, en cuanto a la denominación Castillo del Diablo, Palomino sostuvo que este nombre lo dieron algunos ciudadanos quienes aseguran haber visto al mismo “diablo” que se lleva las almas. “Afirman que aparecía el diablo que se transformaba en gato”, dijo.
Recorrer este espacio nos recuerda cuando la ciudad Arequipa estaba en la industria. Tiene una arquitectura preindustrial dentro de una ciudad colonial declarada patrimonio cultural de la humanidad.
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