Más de cuatro mil pobladores de la región Arequipa pasan una crítica situación alimentaria, ya que no tienen los recursos económicos para comprarse un plato de comida y viven gracias a los comedores del Programa Complementación Alimentaria (PCA), que brinda apoyo alimentario a los más vulnerables.
Según el último reporte de la Defensoría del Pueblo, sobre el PCA publicado el 25 de abril, Arequipa ocupa el puesto 19 en número de usuarios (4113) en situación de pobreza que se alimentan de los comedores populares. Las provincias que más casos tienen son Caylloma, Castilla, La Unión, Condesuyos y Caravelí.
POR EDADES
Entre la población más desprotegida están los adultos mayores, que son un total de 606 vulnerables, por ejemplo en las provincias Caylloma son 362, Castilla 152 y La Unión 92. En estas zonas, en algunos casos, las personas que preparan las comidas llevan el alimento hasta sus hogares, ya que no pueden caminar por la edad.
Mientras que otros se desplazan por varias cuadras para tener un almuerzo. El grupo etario de 6 a 17 años también recurre a estos establecimientos: un total de 212 menores van junto a sus padres, la mayoría es de Castilla (104). Asimismo, 74 bebés de 0 a cinco años que quedaron huérfanos también son bien recibidos.
Los precios en estos comedores varían según la zona. En la ciudad de Arequipa lo venden desde los 6 a 8 soles, un menú completo. Sin embargo, en otras provincias, sobre todo en zonas rurales, el precio es desde los 3 soles, un plato de comida, que sacia el hambre de miles que están en pobreza.
También cada comedor popular tiene casos sociales que implica dar totalmente gratis el alimento a pobladores en pobreza extrema, como menores huérfanos, personas con discapacidad y adultos mayores que fueron abandonados. Caylloma tiene 115 casos, Castilla 82, Condesuyos 45 y Caravelí 13.
FISCALIZACIÓN
La Defensoría del Pueblo realizó la fiscalización y supervisión a las gestiones municipales que deben trabajar a favor de los comedores del PCA; contribuyendo con ejecutar iniciativas ciudadanas de atención alimentaria temporal en caso de desastres o emergencias sanitarias y ejecutar los programas sociales de apoyo con almuerzos.
En esta línea, sus principales hallazgos fue que las municipalidades no elaboran los diagnósticos socioeconómicos de su jurisdicción, lo que no permite identificar las zonas de pobreza o pobreza extrema. En consecuencia, no se logra una adecuada focalización de los espacios de atención alimentaria.
Además, los municipios no actualizan las ubicaciones de los comedores populares ni el registro de los usuarios, con información detallada de niños, huérfanos, hombres, mujeres, personas en movilidad humana, personas con discapacidad, adultos mayores y mujeres gestantes.
Otra alerta que resaltó el ente defensorial, fue que el registro del Midis no está actualizado y existe una brecha de 4654 comedores a nivel nacional que no los tiene documentados. Esto provoca que no puedan recibir los beneficios económicos ni de ayuda que les corresponde.
HISTORIA
Los comedores populares surgieron en los años 80 y 90 en respuesta a la crisis económica de ese momento y hasta la fecha continúan brindando apoyo. En la actualidad esta iniciativa, que partió gracias a la organización civil, es parte del PCA del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
Los comedores populares cuentan con un presupuesto público periódico anual y permanente y se ejecuta en las 195 municipalidades provinciales y 43 distritales de Lima Metropolitana. Surgieron por la desprotección estatal tras la unión de los pobladores frente a un contexto de crisis económica.
Antes de los recintos populares estaban los clubes de madres, que hasta la fecha hay en otras regiones, pero en Arequipa no cuenta con ninguno. Después de estos dos, en el 2020 nacieron las ollas comunes por la pandemia de la covid-19. Estas iniciativas reflejan la dignidad, la resiliencia y la capacidad de organización de nuestros pueblos.
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