Celebraciones por Virgen de Chapi en Arequipa. (Foto: GEC)
Celebraciones por Virgen de Chapi en Arequipa. (Foto: GEC)

Por los años de 1920 a 1930, un grupo de pobladores de lo que ahora es el valle Chilina, vio en una piedra la imagen de la Virgen de Chapi, lo que causó sorpresa y curiosidad. En un inicio no la adoraban y continuaron dedicándose a sus pequeñas chacras. Sin embargo, desde esa roca empezó a caer agua, lo que sirvió para ampliar los andenes.

Al ver que la Virgen les daba este recurso tan importante empezaron a agradecer y adorarla, llamándola La Tomera. Después llegaron pobladores de la irrigación de Zamácola y al ver a la mamita de Chapi deciden llamarla Virgen de la Asunta y en agradecimiento, traen otra imagen que hasta ahora se encuentra en Charcani, Cayma.

CAMBIOS

Lo que eran al principio pequeñas chacras, se convirtió en el valle de Chilina y la roca, junto a la escultura de la Virgen de la Asunta, se conservó en una pequeña capilla hecha por los mismos agricultores, quienes recibían alegres a visitantes que llegaban a encomendarse a la madre de Jesús.

Después se conformó la Hermandad Virgen de Chapi Charcani, que junto a los pobladores mejoró cada año el lugar, hasta convertirse en un hermoso santuario con dos capillas, que cada año recibe a miles de peregrinos, sobre todo el 1 de mayo, que es el día central de la festividad.

Estos escritos fueron contados por el presidente de la hermandad, José Luis Gaona Zegarra, quien hace 10 años, por el fervor y fe a la mamita de Chapi, formó parte de la congregación religiosa. Cada vez que recuerda a todos los visitantes que llegaron enfermos o con pocas esperanzas, se quiebra y solo mira a la virgen pidiendo por ellos.

“Yo la siento como una madre. Y es un lugar bastante mágico, porque está dentro del mismo valle. Es un lugar muy especial porque hay una tranquilidad única, un verdor único por algo también, muchos lo conocen como un santuario ecológico (...) Los esperamos este 1 de mayo”, relató Gaona Zegarra.

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