El maestro Elard del valle, un huesero por vocación
El maestro Elard del valle, un huesero por vocación

Hace unos 31 años, el huesero Francisco Vera montaba su caballo, cuando cayó pesadamente y sufrió varias dislocaciones. Desesperado por el daño causado, llamó rápidamente a su sobrino, a quien le indicó qué movimientos hacer para curarlo.

El joven, quien en ese entonces tenía 27 años, siguió sus órdenes y logró aliviar las dolencias de don Francisco, quien era conocido en el valle de Santa Isabel de Siguas por su habilidad.

Fue así como Elard Hurtado Retamozo, actual alcalde del distrito de Majes (El Pedregal), descubrió que había heredado aquel don.

“Él me llamaba cada vez que tenía pacientes porque yo vivía al otro lado de su casa. Me guiaba y explicaba las posiciones. Por ejemplo, el codo siempre hay que ponerlo en ángulo recto. Mi tío, que ya falleció, era una de las personas más perfectas en curar huesos. Los médicos se quedaban anonadados al ver cómo estos se ubicaban, incluso cuando estaban fracturados”, cuenta. Lo básico era lograr un buen ungüento para frotar el área afectada, porque en ese entonces no había acceso a medicamentos, como ocurre ahora.

Desde ese entonces, la actividad se convirtió en su hobby y, hasta el día de hoy, el burgomaestre es buscado por los pobladores para que los atienda.

“Me puse a curar a todas las personas que empezaron a llegar a mi casa o que encontraba en la calle”, agrega.

MÁS QUE UN OFICIO. Precisamente, el último domingo, Hurtado andaba por el Mercado Mayorista Ferial Bloque 5, en El Pedregal, realizando sus compras semanales en medio de los festejos por el aniversario del local.

Ahí fue interceptado por una mujer, quien le extendió la mano y le pidió que trate sus dislocaciones. La desesperada dama le explicó que llevaba varios días sufriendo por una lesión y esperaba ser atendida por él, pues le habían comentado de sus habilidades. Un par de movimientos y listo. Eso bastó para que se sintiese mejor y agradeciera el solidario gesto.

“Es fácil y rápido. Eso sí, nunca he pedido dinero por esta habilidad que me ha dado Dios”, continúa Hurtado Retamozo, quien no cobró por la atención.

COMPLICACIONES. La parte más complicada de esta actividad, según cuenta el alcalde, es tener que ver a los pacientes soportando el intenso dolor durante la labor. “Tienen que entender que con eso todo se va a calmar”, sostiene.

Recuerda que la tarea más difícil que enfrentó en este campo fue con su amigo, cuando apenas empezaba a desarrollar su talento.

“Se le zafó el codo y se le quebró el brazo. Todo quedó desubicado, pero con las indicaciones de mi tío pude ponerlo en su sitio”, relata.

Elard Hurtado acepta que su trabajo en la municipalidad a veces no le permite llevar a cabo estas labores continuamente; sin embargo, señala que siempre está apto a ayudar a quien lo necesite.

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