La telúrica Arequipa a la que tanto amó, tembló fuerte y prolongado, horas antes de la muerte de Juan Guillermo Carpio Muñoz, tal vez presintiendo la temprana partida (73 años de edad), de uno de sus hijos predilectos, aquel que en sus más de quince libros e incontables minilibros, plasmó todo aquello que su naturaleza le permitió hacer por la amada tierra, puesto en blanco y negro.

Como todo escritor, un joven Juan Guillermo pensó en la muerte cuando abrazaba con fuerza su afición a la tauromaquia. En la página 254 de su minilibro (de 10 centímetros de altura) El vuelo fugaz, inmortalizó aquel epitafio que deseaba ver escrito en su lápida cuando llegara la hora de partir al infinito eterno en el que tanto creía.

Salvando las distancias, si el genial César Vallejo escribió al sentir que la vida se le iba “Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo”, el verso más enraizado en la memoria del mundo literario, de su soneto Piedra negra sobre piedra blanca; Carpio Muñoz visualizó su tumba con la frase siguiente: “No me dio la naturaleza todo lo que debía, pero yo hice en la vida todo lo que podía”.

Y ciertamente pudo hacer mucho. Empezando por su afán de acumular profesiones desde muy joven. Fue sociólogo, historiador, músico autodidacta cultivado en tertulias, apasionado del Yaraví, cronista por naturaleza, amante de la comida en la picantería, disciplinado escritor, asiduo asistente a la peña taurina, carismático libro andante al que todo cronista que se respete consultó.

En su pequeña casa a la que llamaba “el palomar” por estar en la azotea del inmueble convertido en museo en el tradicional barrio de San Lázaro, se las ingenió para mantenerse apegado a las costumbres y tradiciones como consumir chicha de güiñapo, camarones aunque la dieta exigiera otra cosa, y el infaltable anisado para bajar todo riesgo de indigestión.

Pocos días antes de partir, precisamente el 14 de febrero último, el arequipeñista recibió un grato homenaje de sus infaltables amigos dedicados a la música, en la casa de la familia Abarca Huirse. Ya delicado de salud, se dio maña para cantar y disfrutó todo lo que pudo como en la vida entera hizo.

Lo acompañaron Leonel Cuadros, Nelson Aspilcueta, Lucho Valdivia, Groverly Núñez, Hugo Mattos, Gonzalo Rodríguez, Jorge Abarca, Luis Ibáñez Tristán, Rogelio Zevallos, Juan Carlos Abarca, Lalo Apaza, Pedro Rodríguez, su Trío de Cámara, además de Luis Pareja y Nexmi Daza. Esa fue una reunión para infundir valor al “Hijo Predilecto de Arequipa”, que amoroso recibió los abrazos sinceros de todos.

Este 1 de marzo de 2019, partió a la eternidad, y dejó un patrimonio cultural tan grande que preservarlo se convertirá desde hoy en todo un reto para quienes tienen a su cargo este aspecto de la Ciudad Blanca.

CIFRA

73

años de prolífica vida tuvo Juan Guillermo Carpio Muñoz, nació el 29 de junio.

CIFRA

2015

en el día de su cumpleaños, recibió la distinción como Hijo Predilecto de Arequipa.

EL LEGADO DE JUAN GUILLERMO

El blog https://biografiasdearequipa.blogspot.com compila los datos de la vida de Juan Guillermo Carpio que hoy resumimos:

Nació el 26 de junio de 1945, sus padres: Oscar Carpio Arias y Teodora Muñoz Rivera.

Estudió en la Escuela Normal Urbana y en el Colegio Nacional de la Independencia Americana.

1962 ingresó de la UNSA, recibió el grado de Bachiller en Letras y el título de Sociólogo profesional.

1973 publicó El desarrollo del capitalismo en el agro puneño.

1976, El Yaraví arequipeño

1980 y 1982, catorce fascículos a los que agregó luego dos tomas que hicieron los cuatro volúmenes de “Texao Arequipa y Mostajo. La historia de un pueblo y de un hombre”.

1983, Arequipa y la guerra con Chile.

1985, Arequipa Música y Pueblo (un libro y tres discos LP).

1987, A toda máquina, cien años de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa.

1989, produjo 33 documentales de la serie Dialogando con Arequipa.

1990, participó en el libro La Historia General de Arequipa.

1991, Elogio a Arequipa.

1996, coautor de Arequipa, sus fiestas y comidas.

1999, Diccionarios de Arequipeñismos.

En 1984 recibió la Medalla de Oro de la Ciudad. Fue congresista constituyente (1992-1995), Director del Instituto Nacional de Cultura (1996).

En 1995 recibió el Premio Nacional del Folclor y la Medalla Kuntur.

En 2015 fue declarado Hijo Ilustre de Arequipa.

Compuso canción sobre importancia del río Chili

Dicen que cuando la mute te sorprende, llevándote a personas a las que realmente apreciaste, duele mucho.

Al enterarme que don Juan Guillermo Carpio Muñoz se ha ido, una profunda tristeza me embarga.

Lo recordaré siempre por todo el apoyo que me brindó cuando trabajé en la Autoridad Nacional del Agua, donde gracias al apoyo del ingeniero Ronal Fernández Bravo, pudimos rendirle un sencillo homenaje, por todo lo que hizo por el río Chili.

Siempre lo tendré presente, sonriente y orgulloso, como cuando cantó en un escenario y recitando uno de los mejores poemas que han escrito sobre nuestro querido río. Un abrazo hasta el cielo don Juan Guillermo. (Giuliana Retamozo Romero).