María Frisancho tuvo que cerrar su puesto de periódicos y revistas durante meses por la COVID-19. (Foto: Correo)
María Frisancho tuvo que cerrar su puesto de periódicos y revistas durante meses por la COVID-19. (Foto: Correo)

Los emblemáticos kioscos de periódicos que se encuentran ubicados en las cuatro esquinas de la Plaza de Armas recordarán siempre que, desde aquel fatídico 16 de marzo, cerraron irremediablemente durante 6 meses sus ventanillas de atención a causa del coronavirus, un enemigo invisible al que no podían hacerle frente, a pesar de que el rol de los canillitas, al igual que de la prensa, es informar cueste lo que cueste.

Son 320 los canillitas afiliados a la asociación Arequipa 1 los que se vieron afectados con esta inesperada pandemia que terminó por azotar el país entero y gran parte del mundo. 8 miembros de la asociación, mayores de edad, fallecieron a causa de esta terrible enfermedad. Mientas que, desde que empezó el estado de emergencia, solo 100 de los canillitas que trabajan a pie desde la madrugada, llevando las noticias bajo al brazo, decidieron salir a trabajar para generar dinero.

En general, los miembros de la asociación Arequipa 1 reportan pérdidas de hasta un 60% en comparación a sus ingresos pasados, a causa del confinamiento y del miedo de la población de contagiarse en lugares concurridos.

Hoy por hoy, a pesar de que el flujo de ciudadanos parece haberse recuperado, la situación no ha mejorado, y muchos canillitas de la asociación creen que deberán resistir este año más antes de que puedan recuperarse completamente.

Con la llega de una segunda ola de contagios, el miedo parece haberse apoderado nuevamente de los hombres y mujeres que llevan la noticia, y hasta especulan con una nueva cuarentena que podría detener nuevamente el país.

SOBREVIVIENTE DE LA PANDEMIA

María Frisancho de Mamami es dueña del que quizá es el puesto más concurrido de la Plaza de Armas, el que se encuentra entre los portales de Flores y la avenida Mercaderes.

Cuenta orgullosa que se dedica a la venta de periódicos desde los 15 años de edad. Hoy tiene 65, lo que demuestra que sus ganas por sacar adelante las noticias no han disminuido ni siquiera durante esta crisis.

“Este es un negocio de tres generaciones que empezó mi madre, luego continué yo y ahora mi hija está siguiendo mis pasos”, cuenta doña María.

La mujer recuerda que el emblemático kiosco de láminas de metal antes era un carrito simple que no le daba estabilidad suficiente al negocio. No fue hasta que la iniciativa de una conocida tabacalera, hace cuarenta años, y el apoyo del grupo Epensa, en ese entonces dueña de Diario Correo, que pudieron formalizar el puesto y convertirlo en lo que hoy en día es.

“Felizmente ni yo ni mi familia nos hemos contagiado, pero sí conozco compañeros que estuvieron enfermos, pero que gracias a Dios supieron salir adelante”, dice doña María.

Sin embargo, las ventas ya no son como antes y doña María teme que una nueva cuarentena sea anunciada pronto y cambie el rumbo de las cosas para mal nuevamente.

CANILLITAS EN CONSTANTE LUCHA

Así como doña María, que es considerada población de riesgo, otros 100 canillitas dedicados a la venta callejera de diarios tuvieron que salir adelante y continuar con sus actividades en pleno apogeo de la COVID-19.

Aseguran no haber recibido apoyo para cuidarse del temible virus y que todos los implementos de seguridad corrieron de su bolsillo. En diciembre pasado, además, salieron a protestar por sus aguinaldos navideños, los cuales consideran un derecho inalterable debido a un convenio.

La situación no parece mejorar con el despido y cierre de varios medios periodísticos a causa de la crisis, lo que de alguna forma también les afecta. 8 de esos valientes hombres y mujeres fallecieron cumpliendo su trabajo: llevar la información de calle en calle. Pero la asociación Arequipa 1, la más grande de la ciudad, está convencida de que su trabajo es tan importante como el que realiza el personal en la primera línea de lucha contra la enfermedad, lo que reafirma una vez el compromiso de estos ciudadanos por mantener informados a los compatriotas que necesitan estar enterados sobre lo que acontece en el país con este triste episodio que ha cambiado la vida de todos.

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