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Regresar a la labor minera después de más de 100 días le costó la vida a seis obreros de dos minas diferentes que se ubican en el anexo de Secocha, del distrito Mariano Nicolás Valcárcel, provincia de Camaná.
La administración de la Asociación Minera Arapa 1 reportó el último miércoles a la comisaría Urasqui el fallecimiento de cuatro personas que ingresaron al socavón para verificar el estado y condiciones para comenzar a trabajar después de más de tres meses y medio paralizados.
Sin embargo, los gases tóxicos propios de la mina, la falta de ventilación y los equipos de seguridad no adecuados asfixiaron a los obreros. Personal policial y un representante del Ministerio Público lograron identificar a los fallecidos como Héctor Gustavo Condori Vargas (41), Efraín Mamani Quispe (33), Genaro Mamani Hualpa (27) e Ivio Huilcara Taipe (29). Los restos fueron trasladados a la morgue de Camaná, donde se determinó como causa de las muertes intoxicación por gases y asfixia.
En la labor minera Sagrado Corazón de Jesús de Caravelí murieron dos obreros en las mismas circunstancias. La identidad de los fallecidos aún está en investigación.
NEGLIGENCIA. “Todos los días le meten aire, ventilan alrededor de 2 kilómetros, porque las explosiones forman un gas químico que te desmaya. Aquí lo llaman ‘gas muerto’”, explicó Juan Pablo Ramírez, comunicador social de la zona. Aparentemente, hubo negligencia de los empresarios mineros, ya que los protocolos que siguen son para minería artesanal. “Están en proceso de formalización”, afirmó. A la acumulación de este gas tóxico se le denomina “gas muerto” y afecta a las personas que lo inhalan por estar sin protección.