Gobierno Regional de Arequipa tenía otras opciones para sepultar fallecidos por COVID-19

Para algunos consejeros como Israel Zúniga, José Luis Hancco, el Gobierno Regional de Arequipa no tuvo capacidad de gestión para ubicar un terreno que le permita construir un cementerio definitivo para los fallecidos a causa del nuevo coronavirus y no un camposanto temporal como el de Las Culebrillas en el distrito de Uchumayo.

En una conferencia de prensa, manifestaron hoy que no hubo necesidad de gastar aproximadamente un millón de los 9 millones asignados para este espacio que solo iba a ser temporal, además de atentar contra el patrimonio cultural de las canteras virgen de sillar y restos arqueológicos.

El presidente de la Asociaicón de Guías Oficiales de Turismo (Adegopa) Alvaro Benavente, aseguró que había varias opciones para inhumar los cuerpos, entre ellos exigir a los municipios a cumplir con la ley de cementerios que obliga destinar el 5% de los cementerios para casos sociales, aceptar la propuesta de la Región Policial, de usar el cementerio de la Policía, así como usar las 50 hectáreas que el distrito de Yura ofreció al Gobierno Regional de Arequipa.

La decana del Colegio de Licenciados en Turismo, Mercedes Valdivia, cuestionó la idea de acondicionar un cementerio para inhumaciones temporales, es decir, que posterior a la pandemia tendrían que ser trasladados a otro cementerio. Trabajo que bajo su criterio sería muy complicado de ejecutar y muy costoso para las familias que se supone que ahora son de muy bajos recursos económicos.

La administradora del cementerio de Uchumayo, Margarita Aylluhuasi, reconoció que, al inicio del proyecto, se planteó que el camposanto iba a ser temporal, pero en respuesta a la necesidad de la población, aseguró que se iba a convertir en un camposanto definitivo.

En cumplimiento de la orden de la magistrada de paralizar las inhumaciones y ejecución de obra a causa de una medida cautelar, se dejó de sepultar los cuerpos, pero Aylluasi, aseguró que es un perjuicio para las familias que menos recursos tienen, porque no saben en dónde enterrar a sus parientes, porque los municipios cobran más de dos mil soles.