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Sergio, el chofer que maneja la movilidad de Yamila Osorio, no solo es su conductor, es también su compadre. Los novios que ese sábado se casaron se convirtieron en sus ahijados y la cantante de música vernacular Yarita Lizeth hoy la llama madrina.

Osorio es madrina y comadre de muchos. “Para participar en política hay que llevarse bien con todos “, reitera su gente.

Desde hace un mes, la candidata viste blusa a veces morada y a veces blanca, un jean negro, sombrero chacarero y botines negros. En su cartera no lleva mas que celular, billetera y toffees. “No llevo maquillaje, no me gusta estar regia”, expresó mientras viajábamos en una camioneta al mercado La Tomilla, en Cayma.

Al llegar le gritan: “¡Yamila, yo voy a votar por ti, tú le vas a ganar al ‘cabezón’!”. Su visita es rápida. Abraza, besa, se toma fotos, escucha a la gente y finaliza la improvisada charla señalando: “Lo haremos por ti”.

“¿Es madrina de todos?”. “Sí, creo que sí”. “¿Y cuántos ahijados tiene?”. “Ya he perdido la cuenta”. Yamila, como le dice la gente, mide 1.75 de estatura y calza 39. Estas características tal vez la dotan de la habilidad para caminar y no detenerse. “Detesto los tacos”. “Pero usted fue reina de Camaná”. “No, a mí me designaron representante de la juventud”.

“¿Hoy en día camina mucho?”. “Sí, con un bajo presupuesto hay que caminar y decirle la verdad a la gente”. Ya en la camioneta, pregunta a su asesor de Comunicación a qué hora es el matrimonio, sus compromisos la persiguen.

“La cita es para las 11 de la mañana”. Le contesta. “¿Irá así, con jean?”. “No, mi clóset está ahí atrás”. Señala la maletera, ahí, a simple vista, hay unos tacos negros, una blusa limpia y un pantalón negro de vestir. Ella nos dice que no se siente una estrella. “Soy el ejemplo de muchas mujeres”. Le preguntamos por su actitud en sus debates. “Si es que te atacan, tienes que decir la verdad, es como una cancha de gallos”. “¿Le incomoda la radio?”. “Solo el bullying”.

“¿Tomaría un café con Kuczynski?”. “Con cualquiera que no agreda mi dignidad”. “¿Cree que Arequipa Renace orquestó lo de la imprenta?”. “Sí, claro, ya tiene precedentes. Victimizarse es su estilo”. “¿Y usted le va a ganar al ‘cabezón’?”. “Por supuesto, le voy a dar un cabezazo”.

Once de la mañana, camino al matrimonio comunitario. “¿Cree que pudo haber ganado si se concretaba una alianza con Víctor Hugo Rivera?”. “El panorama hubiera sido distinto”. “¿Rivera se arrepintió?”. “No sé, pero él me dijo, ya pasada la primera vuelta: ‘Yamila, si hubiera ido contigo, hubiéramos tenido sorpresas’”.

Paramos en la Av. Aviación 110, Francisco Bolognesi. Ella baja con prisa, aún con jean y zapatos. Se cambia en casa de uno de sus simpatizantes. La transformación dura 10 minutos. Sube a la camioneta blanca de campaña.

“¿Le gustaría tener hijos?”, “Cinco”.” Va a perder la figura”. “La figura no me importa, lo que importa es tener una familia”. Osorio tiene pareja en alguna provincia. Es difícil, por la lejanía, pero así es la política.

En la ceremonia, sus ojos brillan cuando sus ahijados se besan, la invitan a bailar el Danubio Azul. Los novios se llaman Miguel Callani y Judith Sanca. Después del evento, nos dirigimos a su casa.

“Hay un grupo que pide el voto viciado”. “Es un voto irresponsable, hay gente que quiere desestabilizar al GRA”. “Le sorprendió que Guillén deje ATF?” ”Me tomó por sorpresa, con él no hablaba desde hace 3 meses atrás”. “¿La decisión de la señora Nora?”. “La política te trae muchas sorpresas, conoces el lado más oscuro de la gente”. Yamila hoy lee la Biblia, Proverbios, ha puesto su confianza en Dios y seguirá siendo la madrina, pues posee un cuaderno lleno de invitaciones a bautizos, matrimonios y promociones de colegios.