El historiador y escritor Hélard Fuentes sacó recientemente una reedición de su novela “Travesti”, a la que renombró como “La Noche de los Mil Carajos”. Correo conversó con el sobre esta obra.
¿Cómo nació la novela? La primera versión vio la luz en 2010. Es una historia que se ambienta en Arequipa y que trata de mostrar y evidenciar el sentido de una ciudad durante la noche, las fiestas y celebraciones, y recoge muchas experiencias de mí y amigos, la vida en las calles de la ciudad antes de la pandemia. Recopilo diversas anécdotas como las festividades de San Valentín, Halloween, el día de Arequipa, pero de mi época, aunque también hay muchas cosas que son netamente ficción, todo ambientado en el mundo nocturno de la Arequipa del siglo XXI.
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¿Qué aspecto en especial toca la historia? Me concentró especialmente en el día de Halloween, que es proyectado como una fiesta de disfraces que retrata lo tenebroso de esta festividad, aunque también para pedir caramelos cada 31 de octubre. Pero en los últimos años o décadas se ha ido trastocando ese sentido de la tradición, que es una influencia norteamericana que choca con el Día de la Canción Criolla, aunque en un sentido global. Lo que quise contar es como esto ha ido cambiando, disfrazarse, pedir dulces, y cómo ese día liberamos otras pasiones, como el travestismo.
¿Qué sentido cobra el travestismo en la obra? La fiesta de Halloween ya no es solo un discurso tenebroso, sino que ahora pretende presentificar la esencia del hombre canalizando su pretensiones intimas, en el sentido del liberalismo, como que las mujeres pueden exponer su cuerpo durante la festividad, y los hombres pueden travestirse sin sentir temor a ser juzgados, como en los carnavales donde hay exceso y nadie te juzga por eso. Mi intención es observar ese sentido de carácter sociológico que permite ese tipo de expresiones como el travestismo.
¿Una exploración a este fetichismo? No, no es tanto observar el lado del travesti, sino observar el lado de ese hombre siendo víctima de sí mismo. Las expresiones identitarias son más toleradas ahora, pero en el 2010 no era tanto así, era sumamente difícil, hoy en día es más tolerable, por eso aumenté algunas partes a la novela, agregué nuevas reflexiones y construí nuevas anécdotas sobre la vida nocturna.
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¿Cómo te fue en la pandemia? Me dio tiempo para darle a mi trabajo un enfoque diferente, sobre todo en la narrativa, porque antes no la podía interiorizar, ya que antes no era así. Ahora puedo darle un sentido más literario, actual, añadirle los recursos y códigos actuales que entendemos. Si bien soy parte de este tiempo, siempre somos arrastrados por el tradicionalismo literario, la pandemia me ayudó más a interiorizar mi narrativa.
¿Preparas algún nuevo proyecto? “Mis días con Raúl” será mi próxima novela, y en cuanto al tema histórico preparo una obra que repasa los sucesos sociopolíticos de los últimos 20 años, porque no existe una historia de los últimos años condensada ni sintetizada, este libro hablará de manera detalla sobre ese periodo de tiempo.