Si hay una erupción ocurrida en el Perú que ha captado la atención del mundo esa es la del volcán Huaynaputina, porque fue tan poderosa que devastó las zonas aledañas al edificio volcánico y su impacto tuvo repercusión en el planeta. Dicha erupción fue mucho más violenta que la reciente del volcán Hunga Tonga-Hunga-Ha’apai. Han pasado más de 420 años de aquel evento y los especialistas del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) han realizado múltiples investigaciones, que han permitido identificar y proponer 21 geositios asociados a esta erupción, así como siete miradores y siete georutas.
La magnitud y características de esta erupción volcánica modificaron la geografía y el paisaje de los distritos de Omate, Quinistaquillas, Matalaque, Coalaque y San Cristóbal en Moquegua, teniendo como resultado un patrimonio geológico y cultural de gran interés científico, educativo y turístico, que requieren ser puestos en valor para su aprovechamiento turístico.
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Los estudios geológicos permitieron efectuar la valoración del patrimonio geológico vinculado a la erupción del volcán Huaynaputina identificando nueve geositios volcánicos (cráter del volcán Huaynaputina, lahares de Quinistaquillas, tefras de Quinistaquillas, depósitos volcánicos de la quebrada Agua Blanca, entre otros); siete geositios arqueológico – volcánicos (Pueblo Inca Estagagache, Pampa Gentilar, Pueblo Inca Calicanto, Corrales de Chimpapampa, Ruinas Moro Moro, etc).
Además de dos geomorfositios (Terrazas del río Tambo y Cañón del río Tambo) y tres geositios en fuentes termales (Ulucán, Agua Blanca, Geiser del río Putina). En total, 21 geositios.