El inicio de la pandemia despertó las ganas que tenía Pablo de hacer conocido su producto cultivado con mucho esfuerzo. La familia Ramos Toque busca que su producto  sea valorado. (Foto: Leonardo Cuito)
El inicio de la pandemia despertó las ganas que tenía Pablo de hacer conocido su producto cultivado con mucho esfuerzo. La familia Ramos Toque busca que su producto sea valorado. (Foto: Leonardo Cuito)

Desde que se casó Marlene en el 2005,  Pablo Ramos comenzó su emprendimiento para cultivar el café en el distrito de San Pedro de Putina Punco,  más conocida como la “Capital cafetera del sur Peruano” en Puno.

Se asoció con otros agricultores y comenzaron a exportar sus productos,  pero al cabo de dos años,  una plaga llamada roya amarilla ataco a sus plantaciones destruyendo los tallos y hojas de la planta del café, tuvo que empezar de nuevo.

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Inicio. A diferencia de muchos emprendedores que tuvieron que parar sus negocios por los estragos de la pandemia,  la familia Ramos Toque entendió que debían prepararse y seguir adelante.  “Jakawi” nació del deseo que querer empezar un sueño con su familia creando su propia marca y así diferenciarse de los demás productores, aunque todavía sigue trabajando con sus socios cafeteros acopiando parte de su cosecha.

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Pablo recolecta cinco clases de café; geisha, caturra, bourbon, catimor y typica y une los mejores granos de para dar origen al café “Jakawi”,  que significa “vida” en aimara, su lengua materna. La calidad de su producto tiene un puntaje de 85 puntos taza considerándolo un producto bueno de buen sabor y aroma. La familia Ramos viene empezando a promocionar su café en la ciudad de Arequipa desde este año, siendo su sueño el poder ser reconocido en varias zonas del país. Ahora también empezó a producir chocolate con la ayuda de su primo que le abaste el grano de cacao.

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