Con un estilo irreverente en su pluma, “El Gallito”, reflexiona sobre los 26 años que radica en nuestra ciudad y en la que publica su magazine, harto conocido y temido por los malos políticos, pero festejado por sus fieles lectores.
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Se te conoce por El Gallito. ¿Cómo surgió la publicación?
Ante el deseo de ganarme la vida haciendo lo que más me gusta, apunté desde muy joven a publicar un magazine de forma constante en el cual pudiera comentar, reflexionar y, sobre todo, burlarme de las tonterías que hacemos los seres humanos en general y las patéticas autoridades en particular.
Si bien la idea surgió en Alemania y maduró en los mares por donde navegué unos años, todo se cristalizó en Arequipa, ciudad que escogí para publicar El Gallito que este noviembre cumple 25 años.
¿Cómo definirías el humor que utilizas en tus publicaciones?
Necesario. Necesario para mí porque, de lo contrario, me daría un coma “pesimístico”. Necesario para los lectores porque enterarse medio en broma y medio en serio de lo que acontece (y lo que no acontece), en cierta forma hace más llevadero su existir y así evaden un poco la nefasta realidad.
Háblanos sobre el libro “Arequipa: Un siglo de imágenes”. Quería retribuir a la ciudad que me acoge y a quienes me apoyaron con El Gallito, con un libro donde pudieran ver lo que fueron desde 1850 hasta 1960 y reflexionen sobre aquello en lo que estamos convirtiendo nuestra casa, esta patria chica. Muchas personas colaboraron con fotos y yo corrí con la investigación para fechar y agregar información sobre las imágenes. Publiqué hasta ahora tres ediciones del libro y las tres se agotaron.
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¿Cuál es tu visión sobre Arequipa y su futuro?
Muy pesimista. Arequipa está peor que antes. La ciudad les quedó grande a todas las pseudo autoridades que he visto desde que llegué hace 26 años. Todos buscaron manejar los destinos de la ciudad, la región, y nadie tenía un simple plan, una idea siquiera, un norte al cual apuntar y así es difícil. Los asesores son meros pateros y hasta compinches. No hay que ser memorioso para señalar al exalcalde prófugo (Omar Candia), al ex presidente regional preso (Elmer Cáceres) y otros que pasaron piola por viejos o por bonitas. Y de todo esto hay un registro en El Gallito. Las autoridades corruptas y poco cultivadas me han nutrido de material para escribir mi magazine. El futuro es sombrío porque no hay estadistas y la gente común tampoco colabora mucho: solo en agosto parecen arequipeños.
Publicaste también para niños, ¿cómo fue la experiencia?
Brutal. La idea era que los colegiales tengan lecturas divertidas que nuestro sistema educativo jamás se los iba a brindar y personajes que tampoco se los iba a presentar. Con las lecturas el asunto era hacer que se cuestionen sobre todo aquello que ven o escuchen. Los folletos de pintores y sus pinturas eran básicamente para que adquieran algo de cultura general.
Después del número 666 de El Gallito, ¿qué harás?
Para abril o mayo del 2025, cuando la edición final de El Gallito aparezca (la 666), tendría yo que estar produciendo y dirigiendo un podcast o un canal de YouTube con contenido propio. A eso apunto desde ahora.
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