Una cocina a leña, unas ollas viejas y algunos utensilios de segunda mano son son las únicas herramientas que tienen tres madres de familia de la asociación de vivienda Bellavista, en Yura, para poder cocinar para un promedio de 120 personas.
Al inicio de la crisis sanitaria, la falta de trabajo y la enfermedad se apoderaron de sus familias y tuvieron que ingeniárselas para poder conseguir un plato de comida. Gracias a la colaboración de los vecinos de las zonas, lograron reunir algunos insumos y mano de obra para continuar el proyecto. Ahora, piden ayuda para no cerrar.
DE COMERCIANTE A COCINERA. El comedor que atiende a los más pobres de del distrito yureño, es dirigido por Julia Pilco Paxi, una sexagenario quien a raíz de la pandemia tuvo que dejar su trabajo como comerciante en la plataforma comercial Andrés Avelino Cáceres.
Pilco cuenta que diariamente deben levantarse temprano para poder conseguir leña de los cerros aledaños. "Nosotros buscamos y también hay algunos (vecinos) que también nos traen. Para poder comprar los alimentos cobramos S/1.50 o 2.00 pero no es suficiente, antes el alcalde Ángel Benavente nos ayudaba, pero ya falleció", cuenta triste la madre de familia.
Otra de las madres de familia, Julia Cóndor comenta que los problemas que tienen, es la falta de agua. Es escasa en la zona y el proyecto que existe para crear piletas públicas en la zona, se detuvo por la crisis sanitaria.
Lamentablemente la olla común podría cerrar por falta de apoyo. Las personas que deseen apoyar pueden llamar al 971498040