Procer arequipeño Mariano Melgar  sobrevive al mito
Procer arequipeño Mariano Melgar sobrevive al mito

Académicos y estudiosos que se han interesado por la vida y obra del arequipeño coinciden en que su transcendencia se debe a que supo adelantarse a su época, comprometiéndose con cada una de las cosas que lo apasionaba, pero sin caer en un excesivo ensalzamiento, considero que debemos rescatar algunos datos que quedan en el aire y han sido relegados por las reiteradas menciones de sus logros y virtudes ya conocidos.

AMORES. En marzo de este año, el Colegio de Abogados de Arequipa publicó el libro, “Mariano Melgar ¡El hijo de la libertad!”, en el que se recopila documentos exclusivos, además de artículos y homenajes que distintos intelectuales y periodistas dieron a conocer en el centenario de su muerte. El texto consta de 113 páginas, en las cuales podemos encontrar fotos de la Ciudad Blanca en la época que vivió Mariano Melgar.

Conocido es su amor por Silvia; sin embargo, poco se sabe de Melissa, Manuela Paredes Guillén, quien seguramente también fue protagonista de algunos versos. “La casa de los Paredes era uno de los centros de tertulia para la culta ciudad mistiana, ubicada en la calle Perú 323 a media cuadra del templo San Camilo, hoy el mercado San Camilo. Los padres de Melissa hacen que renuncie a su amor por Melgar”, se suscribe en la parte introductoria del libro.

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Luego de sufrir la más grande decepción por el rechazo de Silva, Melgar se traslada al valle de Majes, donde empieza a leer a Ovidio y a experimenta una poesía más bucólica “Su cercanía con los trabajos agrícolas, le pone a la escucha de las variantes mestizas del antiguo harawi (…) En el valle se dice que Melgar tuvo amores fugaces entre ellos, la señorita Rosario del Carpio, quien quedó desolada cuando partió”, indica el texto, intentando brindar al lector detalles de la corta vida del poeta.

SEMINARIO. También es conocido su sobresaliente desempeño en el Seminario San Jerónimo por su dedicación en todas las ciencias. Detalles y cartas originales en poder de Fortunato Turpo Choquehuanca, historiador y abogado puneño, quien colabora con un artículo en el que señala. "Durante el lapso de tres años y un mes y medio -del 15 de marzo de 1810 al 30 de abril del año de 1813- el profesor Mariano Melgar, había ejercido la docencia en las cátedras no solamente de Latinidad y Retórica, sino otras como Filosofía y Matemáticas, como lo menciona en su solicitud de reclamo salarial. Durante el periodo del dictado de sus clases en el Seminario, no se le remuneró como estaba establecido en el documento de nombramiento como catedrático. Motivo por el cual y con justa razón, Mariano Melgar, hace su reclamo ante la máxima autoridad del Seminario Conciliar de San Jerónimo, el Obispo de Arequipa, representado por el Gobernador de ese entonces, D. Dn. Saturnino García Arazuri, con fecha 15 de marzo de 1813”, reza uno de los documentos que intenta dar luces sobre la labor que ejercía en el Seminario.

Prócer. Con una ideología bien fundamentada sobre la libertad del Perú es nombrado Auditor de Guerra del Ejército, “Melgar en Arequipa protagonizó escenas dolorosas en la familia, casi novelesca; pero la entrevista con sus ancianos padres y hermanas tuvieron que ser reales y en la biografía de sus familiares, se lee que ni el nombre de Silvia fue suficiente para disuadir su compromiso con la Patría”, se puede leer en uno de los artículos de Artemio Peraltilla Díaz en su Estudio Histórico, reeditado en la “Lira Arequipena” en 1972 Tomo I.

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