Se les sindica varios delitos por los que deberán responder. (Foto: GEC)
Se les sindica varios delitos por los que deberán responder. (Foto: GEC)

Una de las principales fuentes de dinero ilícito de ‘Los Gallegos’ provenía de la trata de personas y la prostitución, varias de las víctimas que eran obligadas al sometimiento sexual eran menores que compraban en el extranjero.

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Según las investigaciones hechas por la Fiscalía y Policía especializada contra el Crimen Organizado, mujeres que vivían en el extranjero eran captadas a través de Facebook y otras redes sociales para ofrecerles trabajo en peluquerías y diversas tiendas en Arequipa y otras ciudades, si eran menores de edad, ‘Los Gallegos’ pagaban a sus ‘asesores’, como llaman a sus contactos en el extranjero, 300 dólares si provenían de Colombia y 500 dólares si eran de Venezuela.

EXPLOTACIÓN SEXUAL

Los asesores se encargaban del traslado de las víctimas, pagándoles pasajes y brindándoles documentación falsa hasta llegar al Perú, donde eran distribuidas a diferentes ciudades, no sin antes ser violadas por los miembros de la organización, entre ellos uno apodado ‘Miyagui’, según el testimonio de una menor de 13 años que logró escapar del cautiverio en el que vivió.

Las jóvenes que llegan al país se daban con la sorpresa de que en realidad debían pagar 15 mil soles a la organización por haberlas traído y bajo amenazas de muerte eran obligadas a prostituirse para saldar su deuda con un porcentaje del dinero que recibían de los parroquianos, si lograban pagar todo, igual les cobraban 150 soles semanales para dejarlas trabajar de manera independiente, de lo contrario les imponían multas de hasta 2 mil soles, de un modo u otro siempre iban a estar sometidas por los criminales.

Eran tres las modalidades de explotación de ‘Los Gallegos’, ‘la calle’ donde las mujeres eran llevadas a las calles del Avelino Cáceres y av. Los Incas, ‘El Chongo’ que es un local de la Av. Dolores, donde eran damas de compañía y la ‘Llave’ que son los servicios sexuales que los parroquianos pedían a través de redes sociales, en cualquiera de los casos siempre eran transportadas en taxis de la organización.