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La parte difícil que toca a los sobrevivientes del accidente, no solamente es la recuperación física sino la adaptación emocional, más aún si las víctimas son familiares directos.

Esta realidad la encontramos en el hospital Honorio Delgado donde un minero perdió a su esposa e hijo tras el vuelco del bus de Rey Latino, el miércoles último, y un pequeño de apenas dos años ya no volverá a ver a sus padres.

Padres. Yarit V.U. (2) está internado en el área de pediatría del nosocomio, su recuperación es favorable, pero por su edad, aún no sabe que sus papás Yomar Vargas Chochoca y Rosmery Usca Aquepucho, murieron en el accidente.

Esta pareja fue el sinónimo de amor y comprensión quizás como no se ve en los jóvenes, la hermana de Rosmery contó que ambos se conocieron en Senati cuando estudiaban administración, esto hace 8 años.

Posteriormente, fruto de su amor, nació Yarit; la pareja venía de Chala para pasar lo último de las vacaciones en Arequipa. Ambos fueron llevados a Espinar (Cusco) de donde es natural Rosmery, para que les den el último adiós.

Mientras que en el área de Cirugía del Honorio, esta Ronald Boza Márquez, sus heridas se vienen curando, pero su corazón está roto debido a que ayer en la tarde se enteró que la familia de su esposa Maruja Almirón Madueño, decidieran llevarse su cuerpo y el de su hijo Jhon a Chumbivilcas para ser enterrado allí.

Su hermano Juan nos cuenta que lo único que quiere, es que ambos sean enterrados en el cementerio de La Joya en donde vivía esta familia.

El minero, tenía una vivienda en Chala pero decidió viajar a Arequipa para posteriormente al Cusco. Hasta el cierre de este informe, la familia esperaba tener una respuesta para no entristecer más el corazón de Ronald.

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