Durante la mesa redonda “Noticias Falseadas. El poder de la mentira”, que dio comienzo al X Congreso Internacional de la Lengua Española (X CILE), el director periodístico de El Comercio, Juan Aurelio Arévalo Miró-Quesada, destacó ayer la importancia de asumir responsabilidad sobre lo que se publica en medios de comunicación y redes sociales. Recalcó que la facilidad de acceso a la información exige mayor conciencia ciudadana.
En el conversatorio, que impulso el Instituto de Cervantes en la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa, participó el director de Cervantes, Luis García Montero, la periodista Pepa Bueno, la representante de CEO Prodigioso Volcán, María Moya y Juan Arévalo Miro Quezada.
El director del diario El Comercio señaló que la mejor forma de combatir la desinformación es siendo responsables con los contenidos que compartimos. Aunque parece sencillo, aseguró que esta tarea se vuelve cada vez más difícil ante la avalancha de datos, imágenes, audios y videos, muchos manipulados mediante inteligencia artificial.
Durante su intervención, subrayó que la ciudadanía necesita alfabetización mediática. “Debemos entender cómo funciona el ecosistema informativo y verificar antes de reenviar cualquier contenido”, sostuvo. No obstante, alertó sobre el efecto desestabilizador de compartir noticias falsas sin confirmación previa.
El periodista indicó que los medios de comunicación tradicionales y de referencia cumplen un rol clave como fuentes confiables. “Allí encontramos información verificada, que pasa por filtros antes de ser publicada”, recalcó. Recuperar la confianza en estos medios es fundamental en tiempos de sobreinformación.
Sobre la regulación de plataformas digitales, Arévalo comentó que en Europa ya se discuten proyectos de ley para controlar el uso de estas herramientas. Sin embargo, recomendó cautela ante cualquier normativa que afecte la libertad de expresión y subrayó que la solución está en la responsabilidad individual.
También criticó el concepto de “posverdad”, al cual calificó de “invento marketero” para disfrazar la mentira de siempre. “Las mentiras han existido desde siempre”, afirmó, aunque reconoció que el contexto actual ha multiplicado su impacto, especialmente desde la aparición del smartphone en el 2007.
EL PUNTO DE QUIEBRE CON LA APARICIÓN DE CELULARES
AÑO 2007. “Ese año marcó un punto de quiebre”, afirmó, ya que el teléfono inteligente convirtió a cada ciudadano en un receptor constante de información. “Nunca antes tuvimos una herramienta tan poderosa en la mano y el bolsillo”, comentó, al referirse al papel de las redes sociales como nuevos espacios de consumo informativo.
Arévalo llamó a los medios a hacer una autocrítica profunda y a promover la escucha activa en la sociedad. “No se puede vivir en democracia sin oír al otro”, afirmó. Sin embargo, recomienda recuperar la convivencia y el respeto por distintas voces es clave en una sociedad polarizada por la desinformación.
Respecto al futuro del periodismo, remarcó que la transformación digital es una realidad permanente. Los cambios serán cada vez más veloces, por lo que es vital que los periodistas abracen la tecnología para potenciar su labor, adaptándola a las nuevas necesidades de la audiencia.
Insistió en que el problema no es la tecnología, sino el uso que le damos. “Uno debe hacerse responsable de lo que publica”. Recordó que tanto ciudadanos como comunicadores tienen un deber con la verdad en tiempos donde la mentira circula con facilidad.
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