Omar Zevallos: He encontrado otra historia para contar
Omar Zevallos: He encontrado otra historia para contar

Omar Zevallos preparó durante siete años las cuatro crónicas que forman parte de su libro sobre Ernest Hemingway, un personaje que comenzó a admirar desde muy joven. Sus relatos forman parte del Hay Festival en esta ocasión.

¿Cómo surgió tu interés por escribir sobre Hemingway? Cuando era niño. Mi padre tenía una biblioteca, no muy grande, pero sí con muchos libros, y entre ellos había uno que era una biografía de Ernest Hemingway y tenía una portada que a mí me llamó mucho la atención. Se le ve al escritor en un dibujo, con un rifle y agarrando la cabeza de lo que parece un siervo. A arriba decía "Hemingway el fabuloso" y ese titular a mí me llamó mucho la atención. Es cuando empiezo a leer sus obras, no imaginé que muchos años después iba a escribir sobre él.

Hemingway es un personaje muy conocido y cualquiera pensaría que no hay nada nuevo que escribir sobre él, pero tú tienes cuatro historias nuevas. ¿Cómo descubrir qué es nuevo y qué se debe contar como para ponerlo en un libro? Para un periodista siempre hay algo nuevo que contar, hay que saber encontrar esa historia que no se investigó o que no se terminó de narrar. Yo estaba detrás de su visita al Perú y, si bien es cierto ya se había dicho mucho por medio de los tres periodistas que fueron a cubrir su presencia, descubrí que esas crónicas no estaban completas, no como para una historia redonda, que abarque todos los detalles. Su visita era demasiado importante como para contarla solo como anécdota, así que comencé a investigar, así es como llegue a Cabo Blanco.

En el caso de la segunda crónica, El Fantasma de Hemingway, ¿el ser periodista te facilitó descubrir las cosas? Esta en realidad es una anécdota. Yo encontré un cable de una agencia cuando estaba trabajando en Lima y lo guardé en una agenda. En uno de mis viajes a La Habana encontré el reporte y cuando visité la Finca La Vigía, donde el escritor vivió, me puse a preguntar si esa historia era cierta (de fantasmas), y encontré versiones encontradas de quienes decían que no era cierto o que sí. Me dieron un nombre y hablé con una cubana que se encarga de estudiar y cuidar el patrimonio de Hemingwa, ella me contó varias historias. Al investigar descubrí que en esa casa murió un exemplado de Hemingway que se suicidó en una vertiente de agua que alimentaba la piscina.

Leopoldina Rodríguez, la amante cubana es también parte de tu libro. Esa me parece a mí la historia más fascinante del libro porque no había sido contada. Descubrí que fue una mujer muy importante en su vida, con la que vivió 10 años.

En la última crónica, la pasión imposible, hablas de otro romance. ¿Podrías decir cuál de las dos (Marlene Dietrich y Leopoldina) fue ese gran amor del escritor? Es realmente difícil, esas dos relaciones son totalmente antagónicas. Con Leopoldina, era más bien una relación toxica, salpicada con muchas peleas, pero eso le fascinaba de alguna manera. Con Marlene era más platónica y profunda.

¿Hay más cosas para escribir sobre Hemingway? Este capítulo me llevó siete años (hacer el libro), pero al hacer la edición final encontré otra historia que tiene que ver con la foto de portada de mi libro. Y es que, buscando fotografías, encontré en un blog de un periodista alemana sobre otras vistas de distintos aspectos y entre ellas había varias de Hemingway en el Perú que nunca había visto y me contó una historia fascinante. Habían sido tomadas por una fotógrafa alemana que hizo un viaje en su Volkswagen y se quedó en Lima unos meses,es ahí donde surge todo eso que quiero escribir.