Bus de la empresa Llamosas cayó a barranco de 200 metros en Panamericana Sur. Foto: difusión.
Bus de la empresa Llamosas cayó a barranco de 200 metros en Panamericana Sur. Foto: difusión.

Víctor Veleto abrió los ojos entre los fierros retorcidos, la tierra y gritos desesperados. El bus de la empresa Llamosas había quedado destrozado al fondo del barranco en Ocoña, Camaná, y en medio de la espesa oscuridad que lo envolvía todo, él solo podía pensar en encontrar a su esposa, Paula Villegas Sanga quien llevaba a su hijo en el vientre. Mientras él gritaba su nombre una y otra vez, desesperado para poder ubicarla, las primeras personas que descendieron por la mortal quebrada no fueron hacia los heridos, sino hacia sus pertenencias, como si la tragedia fuera un botín.

El sobreviviente narró el trágico momento que vivió junto a su esposa que es una de las 37 víctimas mortales que dejó el accidente ocurrido la madrugada del miércoles en el kilómetro 780 de la Carretera Panamericana Sur, luego de que el bus de la empresa Llamosas chocara frontalmente contra una camioneta que conducía Henrry Apaclla Ñaupari.

Víctor refirió que todo cambió en un instante. Mientras descendían por el serpentín de curvas, sintió un golpe violento y después, los gritos se mezclaron con el crujido del metal mientras el vehículo se despedazaba mientras caía por el barranco hasta quedar inmóvil en lo profundo, el silencio fue apenas roto por los lamentos de los heridos.

SE ARRASTRÓ PARA BUSCAR A SU ESPOSA

A pesar de estar aturdido, Víctor logró arrastrarse fuera del bus y solo pensaba en encontrar a Paula, con quien había partido de Chala hacia Puno para que su primer hijo pudiera nacer en su tierra natal. Subió parte de la empinada pendiente y volvió a regresar por sus pasos gritando el nombre de su esposa, pero no escuchó su voz, la única respuesta que le llegaba eran los gritos de ayuda de los demás sobrevivientes.

Después de algunos minutos se percató, algunas personas bajaban por la quebrada, pero la sensación de alivio por la ayuda que creía recibirían, se quebró en un instante. Aquellos se inclinaron primero por el equipaje. “Yo buscaba a mi esposa y más que ayudar, ellos buscaban las cosas”, recuerda Víctor con la voz quebrada y el cuerpo maltrecho en la puerta del hospital de Camaná, de donde fue dado de alta la mañana de ayer.

Varios minutos después de dicho episodio, un policía lo encontró desorientado y lo ayudó a salir del barranco del que no pudo escapar su esposa y su bebé. “Pido justicia por mi esposa y mi hijo. Íbamos a Puno para que diera a luz y ahora la llevo para enterrarla. Allí están sus familiares”, agregó el sobreviviente del trágico accidente.

Algunos de los heridos lograron llegar por sus propios medios hasta la misma carretera en su desesperado intento de buscar ayuda. Uno de ello fue Rodrigo Torres, joven estudiante que viajaba de Chala hacia Camaná. Él fue expulsado por una de las ventanas del bus mientras rodaba por el abismo y quedó en medio de la quebrada, entre el polvo, las rocas y los lamentos.

“La persona que estaba a mi lado en el cerro, estaba muerta. Yo escalé hasta llegar a la carretera, ahí un señor me dio espacio en su carro para echarme hasta que después llegó la ayuda para llevarme al centro de salud”, dijo el joven que escapó de las manos de la muerte que marcó su rostro y su cabeza con profundas heridas de las que espera recuperarse.

Su familia consideraba que por la inflamación en su cabeza, debía quedarse hospitalizado más tiempo, pero los médicos no lo consideraron necesario dándole de alta, al igual que al resto de pacientes que habían quedado internados hasta ayer. Entre ellos estaban las dos pequeñas hermanas de 3 años y 8 meses quienes sobrevivieron gracias a que su madre Rebeca Apaza Arco, entregó su vida para protegerlas.

  • Víctor Veleto compró los pasajes para viajar en el primer piso del bus por seguridad y comodidad, pero no pudo impedir la tragedia.

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