A diario, en el hospital Honorio Delgado Espinoza, unos seis pacientes demandan atención especializada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero no todos pueden acceder al área crítica por la falta de camas. Se requiere el doble para atender la demanda actual.
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El jefe de UCI, Ángel Aragón, explicó que durante la pandemia de la COVID-19 se llegó a tener hasta 30 camas en la UCI que eran atendidas por profesionales que podían laborar en dos instituciones, pero tras la emergencia sanitaria, esa autorización temporal acabó y la atención de pacientes en las camas especializadas se redujo a 18 por la falta de personal.
El jefe de la UCI agregó que debido a la complejidad del hospital, la norma técnica sanitaria establece que se debería contar con 50 camas como mínimo. Debido a esa carencia, el ingreso de pacientes al área crítica se maneja en orden de prioridad y los primeros a ser considerados son aquellos que tienen falla multiorgánica y ventilatoria, los demás son atendidos en hospitalización con el riesgo que ello supone.
Una de las principales dificultades que tienen es la creación de plazas orgánicas para poder contratar médicos, enfermeras y técnicos que permitan ampliar la capacidad de atención.
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